Marisa Crespo, distinguida con el galardón Médico Hipocrático de la Sociedad Española de Cardiología

La Sociedad Española de Cardiología, en su interés de promocionar y resaltar los valores humanísticos de la profesión, lleva tres años distinguiendo a distintos profesionales sanitarios por sus valores humanos en el trato con el paciente con los premios Médico Hipocrático. En esta edición, uno de  los galardones ha recaído en la gallega Marisa Crespo Leiro, jefa de sección de insuficiencia cardíaca del Chuac (CIBERCV).

«Recibo este premio con humildad y con mucho agradecimiento», confesó la doctora, que recibió el premio en un acto que tuvo lugar el sábado en Zaragoza, en el marco del Congreso de la Salud Cardiovascular.

«Para mí ha sido muy emotivo porque han sido dos de mis maestros, los doctores Luis Alonso Pulpón y Eduardo de Teresa, quienes han estado a mi lado en el momento de recogerlo. Y entre muchas de sus enseñanzas, ellos me han transmitido que en el trabajo hay que disfrutar. Yo así lo hago. Disfruto cuando lo hago bien», expresó a La Voz Marisa Crespo nada más terminar el congreso. «Este es un reconocimiento también a mi equipo. Yo lo que soy se lo debo a la gente que me ha ayudado, inspirado y animado, que ha visto en mí cosas que ni yo sabía que podía hacer. Tengo que ser justa y todo lo que yo he recibido debo devolverlo haciendo el trabajo lo mejor que pueda», añadió.

Esta distinción resalta la capacidad de entendimiento y comunicación con los pacientes, una tarea que la cardiólga considera esencial en la figura de un médico. «Deberíamos tratar a los pacientes como nos gustaría a nosotros mismos, a veces hacemos mal las cosas porque tenemos mucho trabajo. Hay muy buena calidad en la formación, hay mucha tecnología, información, y eso es buenísimo, pero a veces no nos queda tiempo para explicarles bien a los pacientes lo que tienen».

«A veces no tenemos tiempo»

«El corazón es muy complejo y por suerte cada vez hay más tratamientos —señaló Crespo— y hay más pruebas diagnósticas que nos permiten precisar lo que tiene cada paciente. Pero a veces no tenemos tiempo para contarles a los enfermos lo que tienen, cómo de grave es, cómo le puede influir... Yo lo intento, pero no siempre lo hago bien».

La doctora valora que la Sociedad Española de Cardiología haya tenido esta iniciativa porque es «bueno reflexionar sobre esto». «Cuando el paciente no responde al tratamiento también hay que acompañarlo, y saber que tienes al médico de tu lado y que lucha contigo es fundamental». «Paliar, cuidar y acompañar son valores esenciales en el médico, hay que ver al paciente en su totalidad, porque nosotros no tratamos enfermedades, tratamos al paciente», concluyó.

Este reconocimiento se suma a una lista larga de condecoraciones que aplauden tanto el talento de esta ourensana, como su dedicación a los pacientes y a la cardiología. Toda una referencia mundial en su ámbito, hace apenas un mes recibió también la medalla de oro y brillantes del Colegio Oficial de Médicos de A Coruña y el pasado 11 de septiembre fue nombrada hija predilecta de San Cristovo de Cea, su municipio natal.

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