Jesús Ávila de Grado, director científico del Centro Investigación Biomédica en Red Enfermedades Neurodegenerativas, mantiene que factores modificables como el ejercicio físico, la obesidad o la diabetes son esenciales para retrasar su aparición
20 sep 2018 . Actualizado a las 07:42 h.Medio millón de enfermos en España, en torno al 1,3 % de la población. La prevalencia del alzhéimer y su crecimiento convierten a esta enfermedad en una prioridad para las sociedades avanzadas. Jesús Ávila de Grado (Madrid, 1945), director científico del Centro Investigación Biomédica en Red Enfermedades Neurodegenerativas, CiberNed, asegura que como la cura para el alzhéimer no existe en la actualidad «intentamos avanzar en la prevención, y como también somos bastante torpes en eso, queremos retrasar su aparición».
-Los investigadores insisten en hacer un diagnóstico precoz pero, ¿cómo hacerlo si los síntomas son tardíos?
-Primero hay que saber que hay dos tipos de enfermedad, una familiar, que se hereda, y otra esporádica, que supone la mayoría de los casos. En la familiar sabemos con certeza que si una persona tiene una mutación en determinados genes, va a tener la enfermedad y además sabemos prácticamente a qué edad. Esta hereditaria aparece mucho antes, generalmente antes de los 60, y los casos se han tipificado bastante bien. Los mayores estudios se están haciendo en Colombia y sabemos que alguna de estas patologías empieza a los 44 años, dos arriba o dos abajo. Lo que se está intentando es ver si dando una serie de compuestos se puede ralentizar o retrasar la enfermedad si comenzamos a tratarla diez años antes, a los 34, pero aún no tenemos resultados.
-¿Hay ya fármacos para antes de que aparezcan los síntomas?
-Se han desarrollado fármacos que no funcionan, ¿por qué? Porque creemos que se empieza a tratar el alzhéimer muy tarde, es como si a una persona se le corta el brazo y después empieza a tratársele, ¡pero si ya no tiene! Creemos que hay tres estadios en la enfermedad. En el primero aparecen unas estructuras aberrantes llamadas beta amiloide, y esto puede ocurrir 20 años antes de la aparición de los síntomas. Los fármacos que se están dando son para evitar la formación del beta amiloide, pero ya se formó. El tercer estadio es la muerte neuronal o disfunción neuronal, que es cuando empiezan los síntomas clínicos. Si empezamos a hacer el tratamiento tan tarde, porque la enfermedad ha sido silenciosa, vamos mal. Esta ha sido la base de nuestro fracaso para no prevenir o curar. Actualmente en la enfermedad familiar ya hemos encontrado el marcador, y en la otra se están buscando.
-No se puede luchar contra los genes o el envejecimiento, pero, ¿hay factores de riesgo que son modificables?
-En la enfermedad de origen familiar, si se tiene la mutación, hay certeza de que se va a padecer. En la esporádica hay probabilidades y factores de riesgo. Los no modificables son tres, los genéticos; otro que afecta a una proteína llamada apolopoproteína E en su forma E4; y el envejecimiento. Los modificables, que podrían permitir un retraso en la aparición, son la reserva cognitiva, los estudios, el entrenamiento del cerebro; el ejercicio físico, que de alguna manera también protege el cerebro y su degeneración; y después una serie de enfermedades de tipo cerebrovascular, hipertensión, diabetes u obesidad... Si controlamos la diabetes en una persona estamos bajando la posibilidad de que tenga alzhéimer.
-Hace años se hablaba con optimismo de la cura del alzhéimer, ahora ya no tanto.
-Intentamos ser realistas. Ahora mismo no hay cura para el alzhéimer, y como no la hay, intentamos la prevención, y como también somos bastante torpes y no sabemos hacerlo, queremos retrasar su aparición. Creo que con los factores modificables se puede lograr retrasar la enfermedad, y eso no quiere decir que no sigamos luchando para después prevenir y finalmente curar.
-¿En qué han avanzado y en qué se han estancado?
-Hemos mejorado en que ya tenemos claras cosas como que empezamos tarde los tratamientos, y también tenemos mucho conocimiento de la enfermedad. En lo que nos hemos atascado es en cómo hacer las terapias. A veces se ha ido muy rápido para ver si con una pastilla se arregla, y muchas empresas han perdido dinero por eso, porque el negocio es brutal si sale bien, pero desde el 2003 creo que no hay ningún nuevo fármaco como tal que se venda bien en las farmacias. Los que se venden son paliativos, y los necesitamos modificadores.
-Se ha hablado de la relación entre alzhéimer y priones, ¿puede ser contagioso?
-No, la relación que tiene que ver con los priones y otras enfermedades neurodegenerativas es dentro del individuo. Empieza una lesión y la propagación a otras zonas es lo que se sugiere que puede ser similar a los priones. Se especula con que si los análisis de sangre, pero no hay nada demostrado.
La reina Sofía abre el congreso de enfermedades neurodegenerativas y una exposición sobre alzhéimer
La Fundación Reina Sofía es una de las entidades colaboradoras en el sexto Congreso Internacional de Investigación e Innovación en Enfermedades Neurodegenerativas, que arrancó en Santiago y reúne a más de un centenar de expertos internacionales en la Facultad de Medicina.
De ahí que la propia reina emérita acudiese a la apertura de este evento y a la inauguración de una exposición sobre el alzhéimer, mientras que hoy está previsto que asista a algunas de las conferencias de este evento científico. Harald-Jürgen Hampel, de la Universidad de La Sorbona, fue el encargado de impartir la conferencia inaugural y en ella habló de la medicina de precisión en el alzhéimer. También dio datos sobre la incidencia de las demencias a nivel mundial, una epidemia que no deja de crecer, hasta el punto de que en 40 años se multiplicarán los afectados casi por cuatro en el mundo. Así, si en el 2010 había 36 millones de enfermos, en el 2050 las estimaciones actualizadas hablan ya de 135, muy por encima de los 115 que preveían las estimaciones originales.