Barbaridad reproductiva

OPINIÓN

29 may 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

La vida de los cuatrillizos que una alemana de 65 años dio a luz el 19 de mayo está en peligro. A nadie debe sorprenderle. Nacieron por cesárea con muy bajo peso, tras un embarazo de solo 26 semanas. En Alemania, la fecundación in vitro está prohibida para una mujer de edad tan avanzada. Por ello, la mujer, madre ya de 13 hijos, hubo de desplazarse hasta Ucrania para cumplir su deseo.

Este y otros supuestos similares que han ocurrido en los últimos tiempos plantean serios interrogantes: ¿Dónde está la ética y el profesionalismo de los médicos ucranianos que, tan solo por dinero, accedieron a esta petición? ¿Debe hacerse cargo la sanidad alemana de los gastos que esta locura reproductiva ocasiona ahora? ¿Realmente esta señora está en sus cabales al hacer esta petición (ella misma confesó que se lanzó a esta aventura porque su hija más pequeña, de 9 años, quería tener un hermanito)? Una vez más hay que repetir, cual si de un mantra se tratara: no todo lo que se puede hacer desde el punto de vista de la técnica se puede hacer desde el punto de vista de la ética. Urge llegar a consensos internacionales en estas materias, que eviten el turismo reproductivo hacia países en los que por un plato de lentejas se consigue cualquier cosa. La clase médica debe ser más estricta con aquellos facultativos que de una manera tan clara violan los más elementales principios de su código deontológico.