Salud, sosiego y agua

Jorge Lamas Dono
jorge lamas VIGO / LA VOZ

VIGO

Un grupo de visitantes distinguidos toman el agua en la Gándara.
Un grupo de visitantes distinguidos toman el agua en la Gándara.

La villa importó el modelo estival de vacaciones habitual en el centro de Europa

07 jul 2013 . Actualizado a las 16:24 h.

Mondariz-Balneario es agua. Agua artística, agua saludable, agua recreativa. El liquido que brota de la tierra, a través de la Gándara o del Troncoso, para aliviar los problemas digestivos. Allí, a la orilla del río Tea, los Enrique Peinador, tanto Vela como Limeses, crearon un remanso dedicado al ser humano, no en su dimensión laboral, sino recreativa y cultural.

Desde la segunda mitad del siglo XIX, todavía Mondariz unificado, veía crecer un espacio hostelero que seguía las pautas de otros centros termales del centro de Europa.

El Gran Hotel se inauguró el mismo año que España perdía los últimos territorios de ultramar.

Los veranos mondaricenses comenzaron a ser una referencia de calidad en toda España. Los personajes de renombre acudían en agosto, tanto si se trataba de políticos, como Montero Ríos, Emilio Castelar o Miguel Primo de Rivera, como intelectuales, como Ramón Cabanillas, Alfonso Castelao o José de Echegaray. En sus salones coincidieron Primo de Rivera y Rockefeller; según algunos, para negociar saltos hidráulicos en España.

Los años veinte del siglo XX fue el momento de mayor esplendor del lugar. Los visitantes disfrutaban de un remanso de paz, en el que las actividades culturales flotaban en el ambiente. Fue cuando se produjo la segregación de Mondariz. Después llegó la guerra y una cuesta abajo que desembocó en el incendio del Gran Hotel en los años setenta. Hoy, revive la villa termal siempre manteniendo su mirada en los manantiales de donde brota el agua.