Un portero puede tener fallos como los que sufrió De Gea frente a Suiza y Portugal. No pasa nada. Todos los hemos tenido. Incluso los más grandes. Recuerdo aquel de Arkonada en la final de la Eurocopa del 84, después de un torneo sensacional en el que salvó a la selección varias veces. El problema no es haber cometido dos errores. El temor ahora mismo es la sensación que transmite. Le veo la cara y me traslada de todo menos tranquilidad. Y eso es algo peligroso en el mundo del fútbol.
Considero que De Gea es un porterazo. Pero está atravesando una situación de falta de liderazgo, de personalidad... Es uno de los mejores del mundo, pero, en estos momentos, le está superando la presión. Por este motivo, a mí ya me hubiera gustado que, contra Marruecos, le hubieran dado la oportunidad a Kepa o a Reina. La clasificación estaba prácticamente garantizada, por lo que era una buena ocasión para ver cómo respondía otro portero de cara al resto de la competición. Y si había dudas, siempre se estaba a tiempo de volver a De Gea. Y sigo pensando lo mismo, contra Rusia, con el ambietne que habrá, mi apuesta sería Kepa. Y a los que dicen que es mucha presión para un chico tan joven les diría que prueben algún día la presión que supone jugar en San Mamés. No son los octavos de final de un Mundial, pero tampoco es poca. Y dicho esto, si Hierro lo alinea, ojalá De Gea corte dos orejas y el rabo y se lo enseñe a Putin. Yo lo celebraré.