España cambia de estación

X.R. Castro

RUSIA 2018

Atlas

A diferencia de Brasil, en donde pasaron del frío al calor, la variación a la inversa puede ser positiva

24 jun 2018 . Actualizado a las 17:28 h.

Sábado 23 de junio, España entrena en la Academia del Krasnodar a 27 grados de temperatura a pleno sol y con el verano apretando como si aquello fuese el sur de Europa. A esa misma hora en Kaliningrado, ciudad aislada del resto de Rusia con fronteras al norte y al este con Lituania y al sur con Polonia, el termómetro marca 16. Esa misma temperatura, salpicada con nubes y claros, una humedad del 76 % y con riesgo de lluvia, es la que se espera, según la previsión, para el lunes cuando la selección de Fernando Hierro se juegue la clasificación para la segunda fase ante Marruecos en el cierre del grupo B.

El asunto ha creado cierto revuelto, cuestión generada por lo sucedido hace cuatro años en Brasil. Pero el caso es totalmente distinto. En aquel entonces, la tropa de Del Bosque montó su cuartel general en Curitiba (capital del estado de Paraná), en medio del frío, con un clima húmedo, días lluviosos y temperaturas de principios de primavera, y se jugó la vida bajo el calor sofocante de Salvador de Bahía y Río de Janeiro. Y abdicó.

El lunes vivirán el caso contrario, que aconseja precauciones pero que incluso puede resultar positivo. Porque según los expertos, es más fácil adaptar el cuerpo del calor al frío que viceversa, en donde el desgaste es mayor. La gran diferencia debe estar en el calentamiento, que debe ser más largo para que el futbolista tenga la temperatura óptima para afrontar el partido. De ser así, no solo es un aval para la contienda, sino también una medida eficiente para prevenir lesiones de tipo muscular.

El partido de Kaliningrado traerá el bajón de temperaturas pero todo el mundo en la delegación española espera que no sea el último. Porque si la Roja es capaz de clasificarse como primera de grupo, se encontrará con un cuadro más despejado de rivales de primer nivel y además jugará en zonas mucho menos cálidas. La hoja de ruta sitúa el partido de octavos en Moscú, en el coqueto estadio Luzhniki; el duelo de cuartos en Samara (de nuevo al sur), y tanto la semifinal como la final, en caso de llegar, de vuelta a la capital rusa.

De confirmarse esta deseada opción, la selección española ya tiene decidido despedirse de Krasnodar con una semana de antelación y montar su cuartel general en Moscú, en donde se esperan temperaturas por encima de los 20 grados. Estar aclimatado para partidos tan importantes sería beneficioso según apuntan los expertos.

Por contra, si acaba segundo de grupo solo visitaría Moscú en caso de alcanzar la final. Sochi en octavos, Nizhni Novgorod y San Petersburgo serían las estaciones de paso de cara a la final, lo que invitaría a mantener el cuartel general actual.