La soledad del prócer

Xosé R. Castro FONDO NORTE

RUSIA 2018

21 jun 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Sampaoli no descubrió nada nuevo. Messi no es un prócer para Argentina, sino para el mundo del fútbol, pero al mismo tiempo también es humano. Capaz de fallar un penalti y de tener un día malo. Pero tanto el seleccionador argentino como el resto del planeta fútbol deben tener claro que un futbolista solo no gana ni partido ni un Mundial y que tener al mejor en el once no es sinónimo de triunfo. Porque el fútbol, por fortuna, sigue siendo una cuestión colectiva.

Esa es la explicación fundamental de que Argentina todavía no haya sido capaz de ganar un Mundial desde que un extraterrestre nacido en Rosario aterrizó en el Camp Nou. Pasan las citas pero la albiceleste no enamora, ni convence ni se convierte en una máquina de ganar, aunque sea a través de la racanería. Esa mediocridad parece el motivo de la desesperación de Messi, que ve cada día la Copa del Mundo más lejos.