Iago Aspas: «Soy el primero en celebrar los goles de Diego Costa, por supuesto»

Rodrigo Errasti COLPISA

GRADA DE RÍO

PIERRE-PHILIPPE MARCOU | Afp

Debuto con la selección en noviembre del 2016. Desde entonces, noa ha faltado: 11 partidos, 5 goles y 5 asistencias

18 jun 2018 . Actualizado a las 22:56 h.

En su estreno con la selección, en Wembley, saltó al campo con 2-0 y España evitó la derrota, marcando uno de los goles. En el vuelo de vuelta contaba que se había llevado en la maleta toda la ropa por si no volvía. Pero no ha faltado desde entonces. Frente a Portugal ya cumplió un sueño: jugar un Mundial. Sincero y sin dobleces, Iago Aspas (Moaña, 1987) ha calado en el vestuario. Se hace querer y también muestra afecto por los demás, como por ejemplo por De Gea: «No se puede dudar de David por un fallo. Lleva años a un grandísimo nivel en un club importante y la selección»

- ¿Cómo encajó el grupo la salida de Lopetegui y la llegada de Hierro?

- En el fútbol siempre sabes que puede pasar algo así, que pueden echar a uno u a otro. El problema es que solo quedaban dos días para empezar al Mundial, pero el grupo lo ha soportado muy bien. Somos una piña como hemos demostrado siempre, hay muy buen ambiente en el vestuario. Eso ha ayudado.

- ¿Lo que ha sucedido les hará más fuertes?

- Es lo que esperamos y lo hemos hablado. Tenemos un grupo fuerte y eso nos ayudará seguro. Hierro sabe que el trabajo que estábamos haciendo es bueno y por eso no ha tocado mucho.

- ¿Ya le ha dicho al nuevo entrenador que está usted para lo que haga falta?

- Sabe que si Lopetegui me llamó fue porque creería que tengo algo para aportar. Siempre que me han dado minutos he tratado de aprovecharlos al máximo.

- Sus números en la selección son muy buenos.

- Sí, pero no hay que olvidar que en la selección siempre hay grandísimos jugadores. Es más fácil jugar aquí que en otros clubes.

- ¿Le perjudica el hecho de que se le considere un revulsivo?

- Por supuesto que me gustaría ser titular, como a todos, pero si el míster me dice que tengo que estar en el banquillo y luego jugar unos minutos, pues a cumplir.

- ¿Con usted en el campo existe la sensación de que siempre pasa algo?

- No lo sé. Lo que sí que sé es que siempre trato de dejarlo todo, de vaciarme. Si son cinco minutos, cinco, y si es de titular, pues mucho mejor, por supuesto.

- Mucha gente dice que cuando usted juega con Diego Costa a la vez hay cierta similitud al tándem Torres-Villa. ¿Lo comparte?

- Aquí están los mejores, futbolistas enormes que te facilitan el trabajo. Yo he jugado en banda, de delantero... y siempre he disfrutado. El primer partido con España lo jugué en la banda y contra Argentina, por ejemplo, hice de delantero. Pude marcar en los dos partidos, así que las dos posiciones me gustan.

- En esa competencia entre los delanteros, ¿se celebra el éxito del otro?

- Claro, cómo no. Soy el primero en celebrar los goles de Diego Costa, por supuesto. Y ya no es que hablemos de compañeros, hablamos de amigos, de personas. Les conozco de antes y tengo muy buena relación con los otros delanteros.

- ¿Usted recordaba que coincidió con Costa y con Rodrigo el mismo año en el Celta?

- Con Rodrigo he compartido más. Con Diego solo estuve un año, pero algo me acuerdo. Cuando Diego estaba en el primer equipo yo entrenaba bastante con ellos, estaba en el filial y tendría 19 años. Creo que él 18. Rodrigo estaba en los juveniles, tenían una buena quinta.

- Defíname a sus competidores por el puesto de delantero.

- Rodrigo es un buen definidor, que tiene grandísimos movimientos. Diego es un delantero muy peleón, puede que haga un trabajo sucio que no se ve tanto, pero su trabajo vale oro para el equipo.

- ¿Cree que si jugara en otro equipo no habría debate sobre su titularidad?

- Mis colegas me lo dicen, claro. Es el día a día. Me dicen que si tuviera otro nombre... pero yo estoy muy contento donde estoy, y muy orgulloso.

- ¿El gol que tiene es algo innato?

- Estos últimos años estoy teniendo bastante suerte en ese sentido, marco más. Lo he trabajado bastante estas temporadas. Es verdad que ahora juego más arriba y antes hacía funciones casi de centrocampista. Y tener una estabilidad en mi vida me ha venido muy bien.

- Sigue siendo pasional, ¿pero nota que ha madurado?

- Sí, tengo un poco más de pausa, también de experiencia.

- Es verdad que antes era...

- [Interrumpe]... muy impulsivo. Era y sigo siendo muy impulsivo.

- ¿Piensa más ahora? ¿Se para dos segundos antes de actuar?

- A ver, todo no lo voy a perder, porque no sería yo. Te vas, te distraes... a veces me peleo hasta conmigo mismo en un partido.

- Ahora tiene el VAR. ¿Eso le hace jugar de otro modo?

- Aún no nos damos cuenta. Como en la Liga no hay, tenemos poca experiencia. Para algunas cosas me gusta mucho y para otras no tanto. Para los delanteros, metes un gol y no sabes si celebrar, si quedarte quieto, si fue fuera de juego... Se pierde esa pillería del fútbol.

- Pero usted que es de engancharse, ¿va con más cuidado?

- No, yo choco igual. Con el cuerpito que tengo... Pero yo trato de hacer las mías y me busco la vida.

- ¿Es usted de hablar mucho en el campo con los defensas?

- Algunos partidos sí. Depende también del rival.

- Hablaba de pillería. ¿Se ha perdido en el fútbol?

- Bueno, perder no se llega a perder, pero con el VAR y mil cámaras que hay, claro que piensas antes de actuar. Te mides mucho más.

- ¿Y el fútbol de la calle?

- Los niños juegan mucho menos en la calle, sí que es verdad. Se empieza de mucho más pequeño. Yo recuerdo que hasta los benjamines, con 8 o 9 años, no ibas a una escuela de fútbol. Ahora hay niños de tres años jugando y entrenando semanalmente, en campos sintéticos, todos bien uniformados... Antes no era así, para nada.

- ¿Cómo era?

- De bajar a la calle y tirar al portal del vecino. Luego le echaban la bronca a mi madre. Y buscábamos al que tuviera el mejor balón, claro. Luego se colgaban los balones y tenías que saltar a una finca para recuperarlo. Ese era el fútbol de los que somos de pueblo.

- Usted lleva con mucho orgullo el ser de pueblo.

- Estoy muy orgulloso de ser de donde soy. Y ahí es donde vivo bien, en mi pueblo, con mi gente. Estoy mucho mejor. La gente está acostumbrada a verme todos los días, con mis amigos de siempre. Me lo tomo como algo normal, soy uno más. Sí es cierto que los niños te tienen esa admiración como la tenía yo a un futbolista cuando era pequeño.

- En Wembley, cuando debutó, se llevó una bolsa llena de cosas por si no volvía. ¿Pensó que iba a ser una vez y ya?

- ¡Me llevo siempre de todo! Las camisetas siempre me las guardo, las reparto entre los amigos, la familia... Son recuerdos que quedan para toda la vida.

- Usted fue como estrella al Liverpool y no triunfó. ¿Se aprende más de los palos en el fútbol?

- Sí, claro. Tuve que pegar dos pasos atrás para volver a subir.

- Tiene muchos tatuajes (en el brazo luce un reloj con la fecha de nacimiento de su hijo). ¿Ha pensado algo especial después de estar en el Mundial?

- Hombre, si ganamos me tatuaría la Copa del Mundo. Me gustaría.

- Ya falta por ver si marca el gol de la final.

- Veremos, a ver si hay suerte...