Brasil le ha pasado como a las favoritas. En su caso, se encontró con el gol muy pronto y dejó pasar los minutos. Desde luego, no pensaba que Suiza le pudiese hacer daño. Practicó un juego con poca profundidad y muy lento. Los helvéticos se mantuvieron siempre en el partido y el 2-0 no llegó. Es más, tras el descanso dieron un paso adelante, jugaron más arriba y le dieron más problemas. Es cierto que Brasil lo intentó y quiso ganar, pero le faltó más juego, más imaginación, porque Suiza se defendió bien y tuvo llegadas hasta que empató.
Fue un partido bastante malo, con poco ritmo, pero ha sido el del debut y es cierto que siempre cuesta entrar en competición. Brasil no es la única de las favoritas que ha tropezado, varias están también con el agua al cuello. Hay mucha igualdad y se está demostrando que en el fútbol actual es muy difícil ganar. Todos los equipos tienen argumentos. Quizá no es tanto que fallen las favoritas, sino que el Mundial ha comenzado muy igualado. A Neymar lo he visto como el partido: muy plano, a rachas, poco participativo, como esperando a que le llegue el balón y Suiza supo pararle, que no corriese y frenarlo con faltas. A Brasil le queda mucho fútbol por demostrar.