Brasil ha ido ganando autoridad a través de un buen desenlace en la fase clasificatoria, y mediante unos amistosos que le han servido también para recuperar a Neymar. Sin embargo, el delantero del PSG ha pasado demasiado tiempo apartado de los campos de fútbol y un Mundial es una cita de enorme exigencia. Más para una selección a la que casi todos colocan el cartel de favorita, aunque es una condición que todavía debe confirmar.
No olvidemos que en el once más habitual forman varios futbolistas que no son titulares indiscutibles cuando juegan para sus respectivos clubes. Paulinho y Coutinho, por ejemplo, se han visto afectados por las rotaciones en el Barcelona. Danilo tampoco es fijo, ni mucho menos, para Guardiola en el City y tendrá la misión de suplir la principal ausencia en su selección. La baja de Alves deja tocado al conjunto que dirige Tite, especialmente en el terreno ofensivo.
Por nombre, por pasado y por exigencia, hay que esperar que Brasil pase como primera de su grupo, pero el campeonato ha demostrado que hasta la fecha no hay grandes diferencias entre rivales. Salvo el encuentro inaugural, ninguno se ha resuelto con excesiva claridad y si es cierto que la pentacampeona del mundo ha ganado equilibrio también lo es que le cuesta dominar los partidos con comodidad y que el campeonato es de elevada exigencia física.
Ese será un reto a mayores para Neymar, que no se encuentra al cien por cien, según ha reconocido su propio seleccionador. Habrá que ver también cómo se desenvuelve sobre el césped en un puesto en el que se solapa en demasiadas ocasiones con Coutinho, como le ocurrió a España con Iniesta e Isco. Varias dudas para resolver frente a Suiza.