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Aplicaciones para geolocalizar usuarios: muchas ventajas, pero también con riesgos

Olga Suárez Chamorro
O. Suárez REDACCIÓN

TECNOLOGÍA

Una persona consulta una ubicación en un mapa, en una imagen de archivo
Una persona consulta una ubicación en un mapa, en una imagen de archivo iStock

Herramientas de control parental permiten crear grupo de contactos localizados permanentemente, pero el Incibe recuerda que la recopilación de datos también puede ser una amenaza para la privacidad del usuario

25 nov 2024 . Actualizado a las 14:17 h.

Muchos expertos coinciden en la necesidad de aumentar la edad a la que se les da a los niños su primer teléfono móvil, sin embargo, un alto porcentaje de padres justifica el hecho de adelantar este momento con la necesidad de mantenerse en contacto con sus hijos cuando empiezan a moverse solos por las calles: un smartphone permite llamar o enviar un mensaje, pero también ofrece la posibilidad de mostrar en un mapa la ubicación real de una persona. 

Todas las aplicaciones de control parental ofrecen este servicio de geolocalizar a los menores que las tienen instaladas, pero varias firmas llevan años especializadas exclusivamente en este servicio de geolocalización, ofreciendo información muy precisa que obtienen a través de señales de GPS, wifi o torres de telefonía. Las usan adultos con menores a su cargo, pero también con personas dependientes o hasta entre grupos de amigos. 

Una de las más populares es Life360, creada hace 16 años y disponible tanto para Android como para iOS. Con una versión gratuita más simple y otra de pago más evolucionada, permite crear grupos entre sus usuarios y canales de comunicación privados con familias y amigos. Una de sus particularidades es el monitoreo de conducción: cuando una de las personas que lo activa va en coche, la aplicación indica este dato e incluso aporta información sobre la velocidad a la que se mueve. Se trata, de hecho, una funcionalidad muy valorada en países con altas tasas de secuestro de ciudadanos. Este sistema permite además enviar una alerta automática en caso de accidente para contactar, bien con servicios de emergencia o con las personas conectadas entre ellas.

Lo que muchos usuarios no saben es que posiblemente ya tengan instalado en su dispositivo alguna aplicación que ofrece estos servicios, mismamente el popular canal de mensajería Whatsapp, que permite enviar la ubicación real en un margen de tiempo determinado para poder tener localizada a otra persona. También Google tiene su versión, Find My Device, una herramienta pensada para localizar el aparato que la tiene instalada. 

Pero no hay que olvidar que los sistemas GPS pueden afectar el rendimiento y la duración de la batería de los dispositivos móviles: muchas aplicaciones utilizan datos de geolocalización para proporcionar servicios basados en la ubicación, lo que significa que están continuamente enviando y recibiendo datos, lo que puede agotar rápidamente la batería de un dispositivo móvil y ser problemático en situaciones de emergencia. En ello también han caído los desarrolladores de Life360 que, junto a la información que ofrece a las personas conectadas entre ellas se encuentra el nivel de carga de la batería o el estado de cobertura de la zona en la que se encuentra. Lo que no pueden controlar es que el propio usuario apague la opción de geolocalización o active el «modo avión» de su teléfono, lo que hace que se apaguen todas estas funcionalidades.

Y pensando en personas dependientes, ya existen en el mercado varios botones adhesivos que se pueden pegar a los dispositivos móviles para que el usuario lo accione en el momento que necesite para avisar a otro de cualquier emergencia. Como ejemplo están el Air Tag de Apple o el botón desarrollado por Tile, firma estadounidense especializada en dispositivos con conectividad Bluetooth, que precisamente compró hace tres años la empresa propietaria de Life360. 

Riesgos de estar localizado

«Aunque es una función esencial de los teléfonos móviles, la recopilación de datos también puede ser una amenaza para la privacidad del usuario», destacan desde el Instituto Nacional de Ciberseguridad, el Incibe sobre esta posibilidad de geolocalizar a los usuarios; y recuerda que los datos adquiridos pueden ser utilizados en combinación con otras informaciones para llevar a cabo actividades fraudulentas o de robo de identidad. «Los delincuentes pueden utilizar los datos de geolocalización para rastrear patrones de comportamiento y ubicaciones frecuentes, lo que podría ayudarles a crear perfiles detallados y facilitar el acceso a información sensible a través de técnicas de ingeniería social». El pasado junio, el fabricante Tile reconoció que un ciberdelincuente tuvo acceso no autorizado a una de sus plataformas internas, un ataque que resultó en el robo de una gran cantidad de datos de clientes, como sus nombres o sus números de teléfono. Desde Life360 reconocieron haber sido víctimas de un intento de extorsión criminal, recibieron comunicaciones de parte de un actor desconocido «que afirmaba poseer información de clientes de Tile». Sin embargo, negaron que estos datos incluyeran «información más confidencial», como contraseñas de inicio de sesión, ubicación o número de la tarjeta de crédito; sino que se limitaba a nombres, direcciones de correo electrónico y números de teléfono.

En cualquier caso, los expertos inciden en que la recopilación de datos de geolocalización puede exponer la ubicación de un usuario a otras personas, incluyendo a posibles delincuentes, «algo particularmente peligroso si un usuario comparte su ubicación en tiempo real en las redes sociales o en otras aplicaciones», recuerdan desde el organismo de Ciberseguridad, pues «los delincuentes pueden utilizar esta información para rastrear a los usuarios y planificar robos o asaltos». Y más allá de los riesgos del usuario de exponerse a actos delictivos, estos datos pueden ser utilizados para fines publicitarios.