El psicólogo gallego que recluta becarios para las empresas emergentes

Gladys Vázquez REDACCIÓN / LA VOZ

O BARCO DE VALDEORRAS

El ourensano Borja España, de 23 años, lleva dos años al frente de My1startup
El ourensano Borja España, de 23 años, lleva dos años al frente de My1startup MIGUEL VILLAR

El ourensano Borja España inició su propio negocio a los 24 años. Su «startup» busca talento joven precisamente para otras compañías de base tecnológica que están empezando

28 nov 2022 . Actualizado a las 16:31 h.

Su formación no le llevaba precisamente por el camino del emprendimiento, pero ya tenía el gusanillo de los negocios dentro. Tanto que, con solo 24 años, dijo sí a encabezar su propia empresa, a ponerse a hacer planes de negocio y a entrar en el mundo de la tecnología. Esta podría ser la historia de muchas personas, pero es la de Borja España (O Barco de Valdeorras, 1996), un psicólogo que lidera, junto al bilbaíno Jon Prieto, My1startup. Del nombre de la empresa se podrían sacar ya todos los datos. Para este ourensano es su primera startup. También lo es para el talento joven que conecta con estas compañías de base tecnológica en fases iniciales.

«Siendo psicólogo, tiene sentido por qué mi emprendimiento está relacionado con el talento. Ese era mi camino, la gestión de las personas, de los recursos humanos. Al terminar mi formación estuve en Australia y, a la vuelta, trabajé en la rama de psicología del consumo y comportamiento del consumidor». Una carrera profesional por cuenta ajena que él mismo define como corta. «Lo mío ha sido trabajar como psicólogo dentro de una organización empresarial, en contratación de talento y en mejorar la marca de la empresa como contratadores, pero siempre he tenido intereses relacionados con los negocios». De todo ese caldo y de su contacto con emprendedores llegó la idea, que insiste mucho en que no fue suya. El primer concepto de My1startup nació en una incubadora de Alicante. Partió de dos emprendedores de startups que ya habían hecho incluso inversiones en otras compañías. Ellos no encontraron el momento ni las personas para poner en marcha la empresa, pero Borja, aunque «con vértigo», sí lo hizo. «A través de otra persona supieron que yo acababa de terminar mi contrato con una multinacional farmacéutica en temas de talento y sabían que quería emprender». Fue en ese momento cuando todo tomó forma. Con sus ahorros, el apoyo de su familia y la mentorización en varias fases de los ideólogos del proyecto, nació My1startup.

«Para emprender tienes que tener dentro un poco esa impulsividad. Cuando perdí el empleo en la pandemia, hice varias entrevistas para diferentes empresas pero, cuando se dio la oportunidad, reflexioné y me di cuenta de que siempre había querido montar una empresa. Uno de mis mayores miedos era esa falta de haber trabajado en varias compañías y no tener conocimientos ni formación en negocio. Pensaba que podía estar más cómodo teniendo experiencia previa, pero es verdad que eso te puede llevar a tener una estructura mental ya montada. Esa falta de experiencia, me facilitó el hecho de no querer ajustar procesos de una empresa más grande a una que está empezando».

Jon Prieto y Borja España
Jon Prieto y Borja España

Cómo trabajan

My1startup es en sí una empresa emergente. Lo que hacen es de hilo conector entre otras startups y el talento joven. En su web los definen como becarios, un concepto que quieren actualizar. Sus clientes son las empresas a los que ofrecen candidatos que se adapten al perfil que buscan. «Cada vez los jóvenes buscan ambientes más digitales, con ese ambiente de emprendimiento. No buscan tanto ir a una gran multinacional o consultora, sino a proyectos que creen que puedan generar un impacto real». Esos candidatos son normalmente estudiantes universitarios o profesionales con uno o dos años de experiencia. «Es gente que busca unas prácticas porque quiere, porque se les requiere, o porque acaban de acabar un máster y tiene que hacerlas. No es que discriminemos a personas con más edad, pero nosotros también somos jóvenes emprendedores, hace poco éramos ellos, y entendemos la necesidad que tiene la startup a la hora de atraer talento y sus dificultades». El joven talento puede apuntarse en su plataforma online y, a su vez, las empresas, que son sus clientes y quienes les pagan el servicio, cuelgan su oferta. «Los jóvenes pueden consultar las ofertas que tenemos activas o pueden dejar su perfil. Una vez que encaja, les vamos contactando. Nuestra base de datos nos dice si su perfil encaja con ofertas nuevas que abrimos. Para las startups funcionamos como una agencia. Nosotros les conseguimos una serie de candidatos a los que entrevistamos e incluso orientamos sobre qué es una startup y cómo funciona». Muchas de las ofertas de prácticas no son remuneradas. Otras tienen salarios modestos -sobre 300 euros-. Es una lanzadera para que los estudiantes entren en el mundillo y lo que necesitan empresas de base tecnológica que aún están empezando. Y es que, en la mayoría de las ocasiones, no pueden contar con un equipo estable. «Nuestros clientes son muchas veces los fundadores y algún que otro empleado que han podido contratar. Buscan que el talento joven que conozcan vaya a encajar potencialmente a largo plazo. Si para las empresas grandes ya es un problema formar a alguien y que se les vaya, para una compañía en fases iniciales puede ser mortal. No siempre es posible que se queden porque depende mucho del momento y del crecimiento de esa empresa».

Las ofertas que tienen en su web son variadas, pero muestran la tendencia de los perfiles que se necesitan en el mundo digital. Desde programadores a diseñadores web o diseñadores de aplicaciones para móviles. «Necesitan mucho talento tecnológico. También de análisis de datos. También buscan mucho perfiles a nivel de desarrollo negocio y a nivel de márketing». En definitiva: empresas que empiezan buscan también talento que también empieza. La propia My1startup no tiene empleados fijos, pero sí ha tenido becarios. Ahora manejan una serie de proyectos a medio plazo que esperan que les lleve a formar su equipo estable. Por el momento, instituciones, organizaciones y universidades de todo el país les apoyan. «Queremos conectar los dos mundos. Crear un ecosistema». Ahora mismo trabajan ya en un campamento de verano para el que buscan colaboradores. Su idea empresarial no tiene además distancias. Las startups que contratan su servicio, pero también los candidatos, están repartidos por todo el país. «Tocamos sobre todo Madrid y Bilbao, pero ya estamos trabajando con gente de Valencia, Barcelona y, por supuesto, Galicia. En este sentido no hay límites. Estamos ya con proyectos en los que vamos a necesitar gente», sentencia.