El Joselito de los Asteroides

I. EXPLORAR

Siempre me ha gustado cacharrear, crear cosas. Crear es una manera de explorar un concepto y obliga a observar los problemas desde otra perspectiva, pero —a veces— las cosas que creamos se transforman en un «legado» que nos atrapa y envuelve, cambiando la forma en la que nos ven los demás.

En 2016, participé en un hackathon para detectar asteroides para la NASA que supuso un punto de inflexión positivo ya no en mi carrera, sino en mi vida en general, pero que también me convirtió una fotografía de quién soy. 

Todo el mundo tiene una foto nuestra en su cabeza —una imagen de lo que somos para ellos—, pero esa foto no somos necesariamente nosotros. Probablemente no cambie, aunque nosotros sigamos evolucionando. ¿No debería importarnos más lo que nos devuelve el reflejo del espejo que cualquier imagen estática?

Valoro tu tiempo, si tu exploración llega hasta aquí, no te dejes atrapar por ninguna fotografía, ni tuya ni la de los demás.

II. EXPLOTAR

El síndrome del one man band puede atraparnos a todos. Ser conocido y reconocido por algo —sobre todo si es bueno— puede abrirnos incontables puertas.

No me arrepiento de ninguna de las puertas que atravesé ni me lamento por las que dejé pasar, porque cada una de ellas me ayudó a darme cuenta de que apenas había comenzado mi viaje, todo lo que aún me faltaba por saber.

Valoro tu tiempo, si tu exploración llega hasta aquí, explota lo bueno que te pase, pero no dejes que te lastre. Ponle un marco a la fotografía y tenla presente como recuerdo. Solo un recuerdo.

III. IMPOSTOR

Conforme iba estudiando más, solo me daba cuenta de todo lo que aun no sabía. Muchos fundamentos, conceptos y soltura. Un trabajo —mucho más laborioso, silencioso y costoso— que nunca llega a los titulares. Y es que el reconocimiento puede servirnos para validarnos o para que otros puedan llegar a construir una fotografía sobre la que desean proyectarse, pero no podemos quedarnos en eso. Gracias a Jorge, pude evitar que me impactara un asteroide de autocomplacencia y empezar a construir algo más robusto que un simple reflejo.

Valoro tu tiempo, si tu exploración llega hasta aquí, nútrete de tu propio crecimiento, porque una vez empiezas a recibir reconocimiento externo es fácil caer en la trampa de retroalimentarte solo del mismo.  

IV. CONSTRUIR

La madurez de crear llega cuando se detecta una oportunidad estando preparado, con un bagaje de fondo que nunca hubiese imaginado: un videojuego de la niñez y la adolescencia. Si me hubiesen dicho que aquellos días del cibercafé, en los que se caía la red con los tanques de Terran del StarCraft, serían un punto de apoyo que acabaría llevando al Valle, jamás me lo hubiese creído.

Crear con rigor es jodido. Y después de años de un hackathon, 2 años en InnovationLabs, 2 papers, 1 experiencia en Stadia y más cosas, sigo pensando en todo lo que me queda. La diferencia es que ahora puedo ver los problemas desde otra perspectiva, puedo crear en dimensiones en las que antes no era capaz.

Valoro tu tiempo, si tu exploración llega hasta aquí, gracias. Solo compartir contigo una aspiración, que el esfuerzo por seguir aprendiendo con humildad nos permita, seguir creando. 

Eres y no eres tu legado. Sé agradecido con él, pero no dejes que te atrape. Tú te construyes todos los días. Al final, lo que vas dejando atrás de alguna u otra manera importa, pero el verdadero reconocimiento debe de venir de ti mismo.

Este texto se publicó originalmente en la Bonilista, la lista de correo de noticias tecnológicas relevantes para personas importantes. Si desea suscribirse y leerlo antes que nadie, puede hacerlo aquí ¡es bastante gratis!

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