La IA gana peso entre los jóvenes y amenaza el buque insignia de Google: su buscador

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Annegret Hilse | REUTERS

Las nuevas generaciones comienzan a usar asiduamente aplicaciones como ChatGPT cuando quieren resolver sus dudas a través de internet: «Puedo mantener una conversación más fluida»

13 dic 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

«Usando ChatGPT puedo mantener una conversación más fluida cuando necesito buscar algo por internet», afirma Jonatan Fernández, uno de los muchos jóvenes gallegos que están zarandeando el ecosistema cibernético. Lo mismo opina Luis Fernández, otro gallego que ha adoptado en su día a día el generador de texto creado por Open IA, compañía que ha captado más de 10.000 millones de dólares por parte de Microsoft. No son los únicos. La IA triunfa entre las nuevas generaciones, cada vez más habituadas a chatear a través de la red para resolver sus dudas. Esto queda claro en uno de los últimos informes de la consultora eMarketer, que prevé que, en Estados Unidos, la cuota de Google en el mercado publicitario de las búsquedas caerá en el 2025 por debajo del 50 % por primera vez.

Ha sido la propia compañía californiana la que reconoció esa batalla. Lo hizo para defenderse de las acusaciones por supuestas prácticas monopolísticas que ha recibido en EE. UU., donde incluso le han pedido que venda su navegador, Chrome, y el sistema operativo Android. Sus directivos admitieron que actualmente se enfrentan a una competencia feroz por parte de una amplia gama de rivales, ya que, además de ChatGPT, los consumidores cada vez usan más Amazon para conseguir información y recomendaciones de productos. Facebook, Instagram o TikTok son otras redes sociales que ganan terreno. «Google ocupaba una posición aparentemente insuperable en el campo de las búsquedas hasta que apareció la IA, y ahora la IA es para las búsquedas lo que el comercio electrónico fue para Walmart», afirmó Melissa Schilling, profesora de la School of Business de la Universidad de Nueva York en un reportaje publicado recientemente en el Wall Street Journal (WSJ). 

Para tratar de hacer frente a la presión que ejercen esos motores de respuesta como ChatGPT, la propia Google ha comenzado a utilizar resúmenes realizados con IA en sus resultados en Estados Unidos. Aunque parezca una solución sencilla, esto puede tener consecuencias para el ecosistema de internet. Las plataformas de IA, a pesar de nutrirse del contenido que generan las páginas web, provocan que los usuarios no necesiten entrar en ellas, lo que puede motivar que su tráfico, y por ende sus ingresos, caigan, atacando su viabilidad económica.  

«El problema llega cuando necesitas datos que sabes que van cambiando, por ejemplo si quieres conocer la población de un lugar o su PIB. En ChatGPT suelen estar desfasados. No te puedes fiar», reconoce Luis Fernández, que cree que «si estás buscando una fórmula matemática para Excel es más fácil conseguirla por ChatGPT que en Google, ya que te salen varias webs y tampoco sabes cuál es la correcta». El New York Times ha sido una de las primeras compañías en enfrentarse a Microsoft y Open IA, al entender que violaron sus derechos de autor. La compañía con sede en Manhattan entendió que las tecnológicas utilizaron su contenido sin permiso para crear sus productos de inteligencia artificial, desviando el tráfico que de otro modo iría a sus webs, privándolas de ingresos por publicidad, licencias o suscripciones. 

Lo que nadie duda es que las generaciones más jóvenes han entendido a la perfección cuáles son las potencialidades de los generadores de contenido mediante IA, de ahí que además de la apuesta de Microsoft por ChatGPT y Copilot; Google haya invertido en la suya propia, Gemini IA. Apple y Microsoft ya integran soluciones con IA en sus dispositivos. En otro reportaje en el WST, la directora general de búsquedas de Google, Liz Reid, afirmó que la empresa cree que los consumidores no van a lanzarse en masa y de manera inmediata a los chats con IA. Cabe destacar que, en Estados Unidos, dicho mercado mueve unos 300 billones de dólares anuales. El riesgo que corre su buque insignia está ahí, especialmente por la manera que tienen de navegar jóvenes como Luis y Jonatan Fernández. Dos claros ejemplos de lo que puede estar por venir.