Nosotros no nos hemos separado nunca

Elena Cristina Simión

AL SOL

11 ago 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

 Desperté de nuevo pensando en ti, un día más sin escribirme y creo que ya sabes lo mucho que espero que me digas algo.

Anoche, como todas las demás, cerré los ojos, te cogí de la mano y nos dimos una vuelta por el paseo marítimo. Nuestra primera parada fue la torre de Hércules.

Nos quedamos un rato en un banco sin decirnos nada y, como siempre, rompiste una flor morada para ponérmela en el pelo. Las vistas desde arriba eran fantásticas y no me cansaba de mirar y de decir en voz alta lo afortunada que era de vivir en una ciudad tan bonita, en la costa, rodeada de gente amable. No me cansaba de decirte lo afortunada que era al haberte encontrado.

Desperté, y mi corazón sigue estando triste, no tengo noticias de él, pero está siempre conmigo. Lo busco con la mirada entre la gente por las mañanas cuando voy a trabajar, lo recuerdo cuando hago las compras en el supermercado, cuando escucho una guitarra, cuando veo un partido de fútbol.

Me niego a ver nuestras fotos, me niego a escuchar nuestros vídeos, para no morirme de tristeza. Pero me aparece en cada sueño que tengo, lo veo sonriente, así como lo vi pocas veces, lo veo bajando con su tabla de surf en la playa del Orzán, tan alegre como un niño. Siento sus abrazos en un día nublado en A Coruña.

Mi corazón sigue teniendo esperanza de que algún día se cumpla ese sueño bonito de volver a su lado y de volver a la ciudad de mi corazón. Pero el tiempo pasa y la esperanza se apaga, las alas se rompen en el último intento de volar. A Coruña se queda cada vez más lejos, aunque muy cerca de mi alma, al igual que él.

Mi corazón te dice siempre que nosotros no nos hemos separado nunca.

Cada vez que estoy cruzando una calle busco tu mano para cogértela, cada noche espero que me escribas algo, cada mañana te deseo, en silencio, que tengas un buen día.

Mi corazón te dice siempre que no nos hemos separado nunca. Solo hemos dejado de hablarnos y hemos empezado a esperar.

Esperar el día en que, por fin, nos digamos el uno al otro: «Nosotros no nos hemos separado nunca…».

Elena Cristina Simión. 28 años. Bucarest.