Un viaje genuino

Alicia Muiños Cal.

CULTURA

Alicia Muiños Cal. 52 años. A Coruña.Contable

20 ago 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Entró en la habitación con la inquietud de hallarse en el hueco de un portal que advertía introducirse en un tiempo que había formado parte de su vida, esa vida pasada que ahora parecía natural y sobrenatural, esa vida, su propia vida, observada a través de la mirada del escritor que ahora era.

Esa había sido la casa de sus padres, y esta, la habitación del ordenador. Se acercó a los estantes de la antigua librería, contempló los libros que habían sido de su madre, los acarició, ojeó su interior y aspiró su olor, como lo hubiese hecho ella. Los sentidos viajaban en el tiempo, raudos, sin necesidad de espacio, a través de la belleza que ella había plasmado en ellos.

Apilados ordenadamente, en el último estante, encontró los diarios, encuadernados con la original decoración que su madre dispuso en cada uno, los diarios que había escrito desde el mismo momento en que supo de su existencia. Parece que estén en penumbra, con un aire de abandono, pero al leerlos, comprende que el amor inunda sus páginas y no debe conformarse con las palabras que figuran, debe ir más allá y dar paso a los momentos históricos que habían sido seleccionados, instantes captados con esa carga emocional, que solo el amor de una madre puede imprimir para el recuerdo de su amado hijo.

Necesitaba sentarse, un ligero mareo, era como si todas y cada una de sus moléculas hubiesen acudido atropelladamente para componer de nuevo su cuerpo. Posó ligeramente su mano en uno de ellos, sonrió recordando la posición de ella cuando escribía y a él cuando le preguntaba si todavía continuaba escribiéndolos. Observar sus páginas dibujadas, embellecidas de palabras dirigidas a él, situó su pensamiento en fotogramas de su niñez sobre el prisma que su madre había proyectado pensando en él. Su corazón palpitaba con intensidad.

El escritor comprobó nuestra capacidad de transportarnos a través del tiempo, comprendió, por medio de sus sentidos, y los de su madre, que su viaje era verídico, y el placer de ese viaje no estriba en su partida o su llegada, lo hace en la profundidad de sí mismo. Los diarios no cesarán de viajar. Viajar, la gran afición de su madre.