«Pasarle el balón a Modric es más seguro que tener el dinero en el banco»

Javier Asprón DOHA / COLPISA

QATAR 2022

DPA vía Europa Press | EUROPAPRESS

Juranovic y Petkovic, dos de las grandes revelaciones de Croacia, analizan el duelo de semifinales ante Argentina con optimismo por el estado de forma de su capitán.

11 dic 2022 . Actualizado a las 22:08 h.

Una hilera de casas bajas que finaliza en un coqueto parque llamado Onaiza conduce al campo de entrenamiento de Croacia. El invierno finalmente ha llegado a Doha y el viento sopla rabioso, con más intensidad según uno se va acercando a la costa. En la hilera de casas baten con fuerza decenas de banderas cataríes, y en el parque un padre juega con un balón junto a sus dos hijos. Desde la entrada se divisan los rascacielos del West Bay, zona noble de la capital, pero una vez superados los arcos de seguridad las vallas y un enorme seto anticuriosos impiden a los jugadores disfrutar de las vistas.

Hay un ambiente fabuloso en Croacia, aún con la sonrisa dibujada tras la victoria frente a Brasil. Una muesca más en un pequeño país que colecciona éxitos futbolísticos. Seis fases finales, tres veces entre los cuatro mejores. La felicidad la reflejan Josip Juranovic y Bruno Petkovic, que comparecen a dos días de la semifinal junto a un también risueño jefe de prensa. El primero va camino de ser considerado el mejor lateral derecho del campeonato. El segundo ya se ha ganado un lugar en el corazón de los croatas tras lograr el tanto del empate ante Brasil que llevó el partido a los penaltis. «El secreto es que todos somos una verdadera familia y nos mantenemos unidos, respiramos el uno por el otro desde el primer minuto hasta el último», explica Juranovic cuando le piden que analice la fortaleza mental de su selección, que hace cuatro años en Rusia superó un trance similar para alcanzar también la final. «Mucha gente sabe ejecutar un penalti de manera excelente, pero la diferencia está en la calma, hay que aguantar bajo presión. Y está nuestro portero, en el que siempre puedes confiar», insiste Petkovic, dando su cuota de protagonismo a Dominik Livakovic, otra de las revelaciones del torneo.

Las cámaras persiguen a Luka Modric mientras participa de un rondo junto a Mario Mandzukic. El ariete, hoy asistente en el banquillo de Zlatko Dalic, es uno más entre los jugadores, aunque la inactividad le ha hecho coger algún kilo. Aparece por allí también Bora Milutinovic, 78 años ya. Leyenda de los banquillos mundialistas con Costa Rica, México o Estados Unidos,, hoy residiendo en Doha y colaborando con la Academia Aspire.

Solo queda un paso hasta la final. Tras Neymar y compañía espera Messi (y compañía, también). Croacia espera una batalla similar. «No tenemos un plan o una idea individual sobre cómo detener a Messi», cuenta Petkovic. «No nos centraremos en él. Argentina tiene muy buenos jugadores y es difícil concentrarse en uno solo». «Con sinceridad, no hay que tenerle miedo a Argentina, debemos mirarnos a nosotros mismos», corrobora Juranovic. Y ahí es donde entra en juego el centro del campo de la selección ajedrezada. Principalmente Modric, pero no solo él. «Luka, Marcelo (Brozovic) y Mateo (Kovacic) forman el mejor centro del campo croata de la historia, no sé cuándo volverá a haber otro igual», afirma el lateral «Pasarle la pelota es más seguro que tener tu dinero en el banco. Todo es más fácil cuando juegas con ellos. Tengo la suerte de compartir vestuario con jugadores así y aprendo de su conocimiento. Queremos hacer feliz a nuestra gente, volver a casa orgullosos y con la frente en alto».

Es noche cerrada cuando Croacia acaba su entrenamiento y el autobús con los jugadores croata enfila el corto camino que les llevará hacia el hotel Hilton, su lugar de concentración. Allí, en pleno West Bay, los rascacielos están al alcance de la mano y las vistas sobre el Golfo Pérsico se pierden hasta el infinito.