Los jugadores cada vez alargan más sus carreras. Esto se debe a varias claves. Los cuerpos técnicos valoran la inteligencia de juego. Los futbolistas que han competido más años toman mejores decisiones. El error enseña. Hay una apuesta por valorar la veteranía.
Además, los cuerpos técnicos son cada vez más completos. Los entrenamientos son más individualizados. Su preparación física les hace más fuertes y les vacuna contra lesiones. Y, cuando ocurre la fatalidad de un percance, tenemos una medicina deportiva con técnicas de abordaje de las lesiones mínimamente invasivas que permiten que el jugador se recupere sin perder sus capacidades físicas.
También es crucial el aspecto mental. Los equipos tienen psicólogos que ayudan a los futbolistas a gestionar el nivel de estrés del perfil de su vida deportiva y personal. Hacen que se recuperen mejor de las frustraciones o la falta de ilusión. El futbolista tiene una vida más estable y más resistente. La consistencia es muy importante.
También es clave la figura del readaptador físico. Su labor es crucial para que los jugadores se recuperan al 100 % antes de que vuelvan a entrenar y a competir.
