Croacia se gana su puesto en cuartos gracias a los penaltis (1-1)

QATAR 2022

Abir Sultan | EFE

Los de Dalic vencieron la batalla psicológica a una Japón incapaz de mostrar energía desde los siete metros

05 dic 2022 . Actualizado a las 19:01 h.

Sonaban tambores de guerra en el Al Janoub Stadium. Una banda sonora perfecta para lo que estaba por venir. Prórroga y penaltis. Dos por uno por primera vez en este Mundial. Croacia tiró de orgullo y se encomendó a su vieja guardia. Pero fue Livakovic quien se vistió de héroe y villano. Los de Dalic ya tienen su pase a cuartos asegurado, y Japón se queda a las puertas de hacer historia. 

Los de Moriyasu no especularon. Sus intenciones quedaron plasmadas desde el primer momento. La misma hoja de ruta que con Alemania y España. Incomodar al rival y, al mismo tiempo, hacer que se confíe. Con jugadores siempre encima de sus marcas. Croacia manejaba el balón, tenía la posesión, pero le faltó acierto en las escasas ocasiones que tuvo en la primera mitad. Perisic y el centro del campo croata quedó desactivado.

El orden en defensa característico de Japón desapareció por momentos. Tomiyasu dejó dos errores clamorosos que a punto estuvieron de causar un disgusto. El atacante del Tottenham comenzó a tener más presencia, y Croacia lo agradeció. En la primera, Kramaric se durmió y, en la segunda, Nagatomo apareció para arrebatarle el cuero.

Pero si algo ha demostrado el cuadro de Moriyasu es que, en cinco minutos eléctricos, puede cambiar el transcurso del partido. Los nipones sacaron petróleo del balón parado. Doan puso en corto un córner, obligando a los croatas a salir de su madriguera. La partida ya estaba ganada, porque los samuráis reaccionaron primero en la segunda jugada. Ito puso una rosca al segundo palo. Yoshida tocó el esférico y Maeda aprovechó el balón suelto en el área que no fue capaz de despejar Gvardiol. Así certificaron su superioridad en los últimos instantes del primer acto.

La dinámica no cambió tras el receso. Los nipones regresaron con una marcha más. Tapando muy bien los espacios y dominando el juego, con y sin balón. Pero a la Croacia de Modric nunca hay que darla por muerta. Jamás. Kovacic puso un centro lejano al segundo palo y ahí apareció Perisic, que llegaba en carrera. El futbolista del Tottenham, incrustado entre los centrales, remató con un testarazo cruzado para batir a Gonda. Soberbio. La vieja guardia al rescate. 

Modric quiso sumarse. Pero se topó con una grandísima manopla de Gonda. El centrocampista golpeó a bote pronto un rechace de Yoshida, que fue bajando de forma endiablada. Poco a poco el conjunto ajedrezado fue llevando el partido a su terreno. La reacción de Croacia era una realidad.

Perisic quería el papel de protagonista y Japón no bajó los brazos. El partido se convirtió en un ida y vuelta. Sabían lo que había en juego. Solo faltaba un héroe que consiguiese el billete para los cuartos de final del Mundial. Pero ninguno pudo hacerlo en el tiempo reglamentario. El desenlace de la historia quedó reservado para la prórroga, la primera de esta edición.

Los nipones, impulsados por sus ansias de hacer historia, dominaron los primeros minutos de la prórroga. Acumulando a muchos jugadores en el centro del campo en el ataque, encontraban líneas de pase que complicaban la vida a los croatas. Comenzó un ejercicio de paciencia y contención. Porque Japón sabe esperar y sufrir. No arriesga. Espera atrás y, cuando llega su momento, sale en estampida. En un córner calcaron la misma jugada del gol, pero con diferente resultado.

Las fuerzas comenzaron a disminuir. Sin Modric —se marchó con una tremenda ovación—, Kovacic y Perisic, a Croacia le empezó a costar sacar el balón. Ya en la segunda parte de la prórroga, se encomendó en defensa a Gvardiol. Mientras, todo el peligro nipón llegaba de las botas de Mitoma. Pecó Japón de falta de consistencia. La amenaza de los penaltis estaba a la vuelta de la esquina. Y ambos conjuntos sucumbieron a ella. Pero fueron los nipones los que no aguantaron la batalla psicológica.

Mansos, sin energía y sin fe. Los de Moriyasu no plantaron cara. Minamino, Mitoma y Yoshida no fueron capaces de batir a un espectacular Livakovic bajo palos. Los croatas, en cambio, no perdonaron. Con un nuevo héroe, Pasalic anotó el último de la tanda. Croacia ya está en los cuartos de final. La subcampeona quiere repetir hazaña.