Gaku Shibasaki, un samuray azul con corazón español en la sala de máquinas

QATAR 2022

ISSEI KATO

Enamorado de la gastronomía española y del juego de Pedri, ante la duda de Endo espera su debut en su segundo Mundial

01 dic 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Nunca ha jugado en Primera División, sin embargo, es una de las figuras relevantes de Japón. Gaku Shibasaki (Noheji, Prefectura de Aomori, Japón, 1992) es uno de los cerebros de la selección nipona. No ha debutado todavía en el Mundial y quizá el enfrentamiento contra España, su país de acogida, sea su momento para estrenarse ante la duda del centrocampista Wataru Endo.

Que Shibasaki tenía capacidad para hacerse un hueco en el fútbol español comenzó a barruntarse el 18 de diciembre del 2016. Ese día, el actual centrocampista del Leganés aprovechó el escaparate que le ofrecía enfrentarse al Real Madrid en la final del Mundial de Clubes para darse a conocer. Enrolado en las filas del Kashima Antlers de su país natal, Shibasaki fue capaz de marcar dos goles. Ya entonces era muy famoso en su país, aunque en España fuera un completo desconocido.

Ha sido internacional en todas las categorías inferiores de su selección y, con 60 partidos internacionales, ya ha participado en la Copa Asiática del 2015 y en el Mundial de Rusia del 2018.

Admirador profundo de Andrés Iniesta y enamorado del talento de Pedri, Shibasaki comenzó su andadura en el fútbol español en Tenerife en el 2017. Aunque su llegada no fue nada sencilla para él. Aterrizó sin saber nada de español ni de inglés. Su personalidad introvertida tampoco ayudó en ese período, además del importante choque cultural.

Tras disputar un play-off de ascenso con el Tenerife que no llegó a culminarse, fichó por el Getafe. En el equipo madrileño no contó con demasiada continuidad, llegando a recuperar su mejor versión en el Deportivo, pese a que su temporada en A Coruña se cerrase con el descenso. Por este motivo, hizo las maletas y se incorporó al Leganés.

Sin embargo, en A Coruña se sintió cerca de Aomori, su ciudad natal. La ciudad le recordaba al lugar en el que había crecido, donde alucinó con el color del Atlántico. También con la gastronomía. «Aquí la comida sabe más fuerte», admitía en una entrevista a La Voz.

Gracias a sus hermanos empezó a practicar un deporte con muy poco seguimiento en aquella época en su país. Su buena visión de juego, su calidad técnica no exenta de garra y su capacidad asociativa han sido virtudes que entroncan bien con el estilo que caracteriza al fútbol español y que le han permitido seguir en España.

A la magia nipona que desprende en el centro del campo también le ha dado continuidad en su selección, que no ha dudado en contar con él para el Mundial pese a que hasta el momento no ha contado con minutos ni ante Alemania ni frente a Costa Rica. Ahora espera que esa suerte cambie y que, igual que en aquella tarde de diciembre en su país contra el Real Madrid, pueda volver a firmar una actuación que agigante su figura en otro escenario relevante. Llegar a octavos de final es el objetivo de Japón en este Mundial, algo que nunca antes ha conseguido.

Su mujer, embajadora gallega

Aunque en España todavía puede haber quien no conozca a Gaku, en Japón no pasa desapercibido. Pero no solo él. Su mujer, Erina Mano, es otra celebridad. Cantante, actriz y modelo, la esposa del futbolista aprovechó su estancia en A Coruña para llenar su cuenta de Instagram, donde tiene 600.000 seguidores, de imágenes de la ciudad. Pero su fama comenzó en el Hello! Project, un evento japonés cuyo objetivo es descubrir nuevos y jóvenes talentos para el mundo del espectáculo. Erina llegó incluso a formar parte de las Gatas Brillantes, el equipo oficial del Hello! Project que disputa la liga de fútbol sala del país oriental.

Erina Mano y Gaku Shibasaki se conocieron por amigos en común y, tras un tiempo manteniendo una relación a distancia, ella también se mudó a España para acompañar a Gaku en una adaptación que ya es plena.