Ninguna de las tres colegiadas seleccionadas para la cita ha debutado, a diferencia de 28 de sus 33 compañeros
29 nov 2022 . Actualizado a las 18:28 h.Especialmente en el aspecto social, el Mundial de Catar pasará a la historia como una competición llena de contradicciones. En un país donde la libertad individual es un lujo fuera del alcance de las mujeres, se disputa la primera Copa del mundo de fútbol masculina con colegiadas. Las elegidas son un total de seis, entre tres árbitras principales y otras tres asistentes, pero, tras las 11 jornadas de competición y 40 partidos que se alcanzarán este miércoles, su presencia ha sido residual.
A punto de cerrarse la primera fase, la FIFA ha dado la responsabilidad de dirigir algún encuentro a 28 hombres de los 33 desplazados, pero no a las tres féminas. La francesa Stephanie Frappart, la ruandesa Salima Makansanga y la japonesa Yoshimi Yamashita aún esperan su oportunidad cuando una decena de compañeros, entre ellos el español Antonio Mateu Lahoz (que este martes pita el Irán-Estados Unidos) han repetido como máximos responsables arbitrales.
El México-Polonia, en el tercer día de competición, fue el primer encuentro con representación femenina en el cuadro de colegiados. Stephanie Frappart ejerció de árbitra asistente, un cargo que también desempeñó en el Portugal-Ghana, mientras que Salima Mukansanga lo hizo en el Francia-Australia y Yoshimi Yamashita en el Bélgica-Marruecos. Mientras, la brasileña Neiza Back, la mexicana Karen Díaz y la norteamericana Kathryn Nesbitt se han desplazado a Catar en calidad de asistentes.