España, a ser verdugo de Alemania

Jon Agiriano COLPISA

QATAR 2022

NEIL HALL | EFE

Espoleada por su espectacular estreno ante Costa Rica, la selección quiere sellar su pasaporte a octavos y parte como favorita, al contrario que otras veces, frente a los bávaros que pueden quedar eliminados

26 nov 2022 . Actualizado a las 19:42 h.

Hace apenas una semana, el Alemania-España de este domingo (20.00 horas, La 1) en el estadio Al Bayt se contemplaba como un duelo por todo lo alto en el que las dos selecciones más poderosas del grupo E, ambas aspirantes al título, se jugarían el primer puesto. Sin embargo, el estreno de la Mannschaft y de los de Luis Enrique ha sido tan opuesto que las coordenadas previstas para el partido han dado un vuelco. Tras el 7-0 ante Costa Rica, la selección de Luis Enrique vive en un estado chispeante de ilusión, confianza y autoestima. Esta España joven y talentosa se cree capaz de todo. A Alemania, en cambio, su sorprendente derrota ante Japón le ha dejado sumida en el miedo al abismo. Por el lado anímico, no se recuerda un choque tan dispar entre estas dos grandes selecciones.

Ocurre, además, que los horarios de juego han añadido al partido un ingrediente más de tensión. Si los resultados de la primera jornada no fueron ya de por sí suficientes para convertir el grupo E en un polvorín, resulta que el Japón-Costa Rica se disputará antes (11.00 horas, Gol Mundial) y lo que ocurra puede ser decisivo. Las cuentas son muy fáciles de hacer. Una victoria de los nipones, que tampoco extrañaría a nadie dado el pobre nivel mostrado por los ticos, obligaría al equipo de Hansi Flick a ganar. Sólo le serviría la victoria.

¿Como reaccionará Alemania? Nadie lo sabe, pero si hay algo claro es que Luis Enrique y sus jugadores deben plantearse el peor escenario, el de un rival competitivo que puede ganarles y complicarles la clasificación. Para empezar, porque los alemanes tienen talento y se han renovado. Contra Japón solo jugaron tres futbolistas que sufrieron en sus carnes el 6-0 en La Cartuja y no son precisamente comparsas: Sule, Gundogan y Gnabry.

Tampoco hay que olvidar que la derrota contra Japón fue engañosa. Es cierto que Flick provocó un cortocircuito quitando a Gundogan en la segunda y que a su tropa le faltó solidez defensiva cuando su rival le apretó, pero también lo es que, antes de encajar el empate, pudo haber resuelto el partido tranquilamente. Y, de haber sido así, a estas horas nadie estarían hablando de la caída del imperio germano.

A España, por tanto, le toca seguir siendo ella misma. Perseverar en su versión más sugerente y hacer prevalecer sus argumentos ante un rival que, como aseguró en la víspera Luis Enrique, es el que más se le parece en el Mundial. Como esto es cierto, es impensable que Alemania ofrezca las facilidades suicidas de Costa Rica. Y mucho menos que se rinda a los veinte minutos. España no va a poder tener el balón con la comodidad faraónica del martes ni desde luego sus defensas y Unai Simón van a poder jugar silbando durante los noventa minutos.

Para España, el partido es un todo examen. Al fin y al cabo, el verdadero nivel de una selección no se comprueba desarbolando como un huracán a enemigos pequeños sino superando las dificultades que le plantean los grandes. Luis Enrique se dispone a abordar el reto no solo con mucha convicción sino también con algunos cambios en el once que, por supuesto, no han trascendido. Especulando un poco, ya que no queda otro remedio, se puede pensar en la titularidad de Carvajal como lateral derecho, en que Rodrigo no ejerza como central y en que Morata, suplente ante Costa Rica, salga de inicio.