Alemania apesta a muerto

QATAR 2022

AFP7 vía Europa Press | EUROPAPRESS

26 nov 2022 . Actualizado a las 18:21 h.

Con dos procesos de renovación casi paralelos, tras tocar cima mundial España en el 2010 y los germanos cuatro años después, Alemania se marchó de Rusia en la fase de grupos, en un esperpento inédito en su historia, e hizo las maletas en octavos de la última Euro, en el epitafio de Joachim Löw. A Flick le encargaron la fórmula de la regeneración y lo primero que ha tenido que gestionar son las lesiones de Marco Reus, Timo Werner y Lucas Nmecha. Con un ataque encomendado a Havertz y a la rodilla de Sané, Flick repescó cinco años después a Mario Götze, el héroe de Brasil 2014, y le puso la vitola a Moukoko y Füllkrug, dos chavales que sumaban cero internacionalidades.

A Flick le ha tocado el papel renovador de Luis Enrique, pero el asturiano le lleva compitiendo dos años de ventaja. Y eso, en el fútbol, es demasiado. Alemania y España se parecen en el propósito. Presión alta, apuesta por protagonizar el partido y una entelequia defensiva que corre el riesgo de desmontarse cuando el rival vence la línea de presión y sale disparado. El problema para los germanos, y Japón hizo un festival con ello dejando en evidencia a sus laterales, es que con la pelota están lejos de mostrar la fiabilidad que presenta España.

«Tuvimos pérdidas tontas de balón y errores de posicionamiento. Falta experiencia. Esta derrota no es una coincidencia. Demuestra donde estamos», recriminó Bastian Schweinsteiger. «Si jugamos contra España como lo hicimos en la segunda parte ante Japón, estaremos eliminados», insistió Lothar Matthäus, que ya se había quedado con cara de seta al sacar la bola del sorteo que las emparejaba en el grupo. La percepción desde dentro no es mucho más halagüeña. «Tenemos que mejorar mucho, estamos bajo presión», admitió Neuer tras el palo de los nipones. «Tuve la sensación de que no todo el mundo quería el balón», reprochó Gündogan.

En su lapidaria reflexión para la historia, Gary Lineker sentenció que nunca debes fiarte de Alemania porque acaba ganando siempre, pero los brotes empíricos demuestran que su selección, a la que España ridiculizó el último día que se vieron, y que ha delegado en el pedigrí de Musiala la resurrección, ahora mismo apesta a muerto. A España le toca enterrarla.