El aldraxe de Luis Enrique

QATAR 2022

JUAN CARLOS HIDALGO | EFE

16 nov 2022 . Actualizado a las 12:19 h.

No vengan con las leiras. Que nos conocemos. Lo que nos toca es instalarnos en la galleguez, que diría Paco León. Sufrirlo en silencio, con resignación. Caladiños. Tampoco van asturianos, diría Lucho. No tengo muy claro a quién se refería, pero como disculpa ya le sirvió. Y tampoco nos vamos a indignar demasiado, que eso no es de gallegos, con un seleccionador al que llevamos diseminando como a un ternero años sin llegar a comprender qué tipo de decisiones toma.

Luis Enrique no iba a guiarse por la tabla de goleadores y asistentes, ni por la inteligencia artificial, ni por todas las tertulias deportivas que se amontonan en el país. Iba a hacer lo que le viniera en gana, y luego recordarnos a todos que de esa forma ha sido subcampeón de la Nations League, semifinalista de la última Eurocopa y primero de grupo en la clasificación para Catar. Inapelable.

Uno ve partidos y bucea en sus estadísticas y pensaba que la Galicia futbolística vivía un momento de apogeo. El máximo goleador español de la Liga es Borja Iglesias. El segundo, Iago Aspas, igualado con Joselu Mato. El cuarto, Brais Méndez. Un acontecimiento planetario, que diría Leire Pajín. Peloteros de perfil diverso marcando diferencias en clubes de segunda o tercera fila. Borja y Brais son los futbolistas que más puntos han aportado a sus equipos en lo que va de Liga. Iago, el máximo goleador patrio en cuatro de las últimas cinco ediciones. Calderilla.

Olocip, que viene siendo una empresa de inteligencia artificial, de esas que analizan el valor acumulado de todas las acciones durante la temporada, diseñó una hipotética convocatoria para el Mundial de Catar. Ya se imaginan que inteligente podría ser, pero tenía visos de ser más artificial que otra cosa en manos del seleccionador. En esa lista no solo están Borja Iglesias, Brais Méndez y Iago Aspas, si no que estos dos últimos son los que obtienen una valoración más alta de los 26. Tendrán que cambiar de patrón porque vivimos engañados. En el de Luis Enrique, ninguno ha presentado méritos suficientes. A ver si algún día comprendemos cuál es.