La Subdelegación del Gobierno confirma «el error humano» en el atropello de dos amigos en un bar de Vilaboa

VILABOA

Este lunes, la iglesia parroquial de Santa Cristina de Cobres acogió el funeral conjunto por los fallecidos, Luis Ríos Calvar y Antonio del Río Baltasar
21 mar 2023 . Actualizado a las 14:27 h.El atropello mortal en Vilaboa fue un «error desgraciado». Esa es la expresión que empleó este lunes la subdelegada del Gobierno en Pontevedra, Maica Larriba, para aludir a las causas que derivaron en el accidente que, el pasado viernes por la tarde, acabó con la vida de dos vecinos de Vilaboa, que «estaban tranquilamente jugando la partida en la terraza de un conocido bar de Santa Cristina de Cobres».
Tras confirmar que «el conductor dio negativo tanto en alcohol como en drogas», Larriba remarcó que «no podemos más que lamentar el error humano que ha provocado este desenlace tan terrible con la pérdida de la vida de dos personas».
De este modo, sus palabras parecen afianzar la hipótesis de que el accidente de Vilaboa se pudo producir por una confusión en las marchas, de tal modo que el conductor del Mercedes C220 habría acelerado en la creencia que tenía puesta una diferente a la de Drive, que es la que se activa para la conducción en carretera.
«Ya estaba parado y en vez de poner la palanca en párking, aceleró y se subió a la terraza. Estaban jugando la partida cuatro personas mayores en una mesa y a dos las arrolló contra la pared», explicó en el mismo lugar del accidente el jefe del subsector de Tráfico de Pontevedra, Antonio Pérez Piteira.
Mientras que dos de las víctimas, Javier González Filgueira y Emilio Rodríguez, resultaron con lesiones leves —de hecho, este último no tuvo siquiera que ser asistido en un centro hospitalario de Pontevedra—, otros dos, Luis Ríos Calvar y Antonio del Río Baltasar, fallecieron el mismo día de atropello tras haber sido derivados al hospital Álvaro Cunqueiro de Vigo.
Este lunes, en el que se celebró el funeral conjunto por ambos en la iglesia de Santa Cristina de Cobres, se volvieron a revivir las escenas del domingo en el cementerio municipal donde ambos amigos fueron enterrados. Así, una multitud se congregó en el templo parroquial de Vilaboa para arropar y acompañar a los familiares y allegados de ambos.
Fue una ceremonia cargada de emotividad. El templo parroquial se quedó pequeño, por lo que muchos vecinos siguieron los oficios religiosos desde el atrio y su entorno.
Se da la particularidad de que este era el espacio, según manifestaron algunos vecinos de Santa Cristina de Cobres, en el que solía estacionar el Mercedes C220 causante del atropello. Sin embargo, su conductor, un vecino de Vigo que habitualmente se desplazaba a Vilaboa, optó o este viernes por aparcar enfrente de la terraza, quizá por la lluvia.