Se busca información del «delincuente que ataca a la familia Vázquez»

María Hermida
María Hermida PONTEVEDRA / LA VOZ

VILABOA

Ramón Leiro

A Vicente le embadurnaron el coche con pintura verde. Dice que es el enésimo acto de vandalismo que sufre

05 feb 2020 . Actualizado a las 10:01 h.

Imagínense la escena. El viernes a última hora, tras la celebración de un pleno municipal, los concejales de Vilaboa salen del Ayuntamiento. Y lo hacen acompañados por dos vecinos que habían asistido a la sesión plenaria como público. Entonces, se quedan de piedra al ver que el coche de uno de estos dos ciudadanos, llamado Vicente Vázquez, que permanecía aparcado delante de las ventanas de la casa consistorial, estaba completamente embadurnado de pintura verde, como si alguien le hubiese echado un calderazo encima con muy mala arte. «Nos quedamos alucinados», decía el alcalde horas después del suceso. Todo el mundo se quedó perplejo menos Vicente, el dueño del coche. ¿Por qué? Porque a él ya no le extraña nada de lo que le pase. Dice que lleva diez años de acoso continuo. Y busca «información del delincuente que ataca a la familia Vázquez», es decir, a él y a su entorno.

Pongámonos en contexto. Aunque natural de Vilanova de Arousa, Vicente Vázquez lleva una década en el municipio de Vilaboa. Concretamente, en la aldea de Areeiros, en la parroquia de Santa Cristina de Cobres. Allí, tuvo un problema vecinal y los habituales cruces de denuncias -matiza que llegaron a denunciarle «hasta por respirar» y que acabó «ganando todo en el juzgado»-. Luego, todo se empezó a torcer. Y, según Vicente, se inició el rosario de ataques contra su familia. Así, en el 2010, le aparecieron unos árboles, ejemplares de robles y de castaños, quemados con pesticidas. Luego, también apareció calcinado el césped. Otra vez se toparon con puntas de acero delante de su vivienda, lo que hizo que acabasen pinchando los coches. Vicente relata más y más episodios realmente surrealistas, desde haberse topado ratas muertas y cenizas delante de casa hasta enfrentamientos físicos. Señala que pasan períodos de tranquilidad pero que, cuando menos se lo esperan, los actos vandálicos vuelven a sucederse.

Aún así, Vicente nunca se queda ni quieto ni callado. Todo al contrario, es un auténtico experto en apelar a las Administraciones en busca de justicia social. Pertenece a varias plataformas, luchó desaforadamente para intentar sacar adelante una empresa de bioeconomía a la que no le dejaban de dar portazos, reivindicó también los derechos de las personas en paro... Y el viernes, precisamente, estaba como público en el pleno municipal como miembro de la plataforma de indignados de Os Areeiros. En esta ocasión, por raro que suene, no iba a reclamar, sino a agradecer que por fin les fueran a hacer una obra de asfaltado en el entorno.

No pensaba él que ese día iba a acabar de tan mala manera. «Fuimos a agradecer una obra y al salir es que nos quedamos todos planchados, los concejales del PP, los del PSOE... todos. Nadie se podía creer que alguien me embadurnase así el coche», cuenta. Mal como pudo, puso el parabrisas en marcha, trató de limpiar el cristal y tiró para casa con el vehículo totalmente teñido de verde. Dice que estuvo dos días fregándolo con un estropajo y que aunque la pintura salió la chapa quedó rallada. Como siempre hace, fue a la Guardia Civil. A mayores, en la plataforma de su vecindario, hizo correr la noticia de que «se busca al delincuente que ataca a la familia Vázquez». Cree que diez años así son ya demasiados.