«Ni hay campaña de acoso a Vilaboa ni se pretenden tirar cientos de casas»

María Hermida
maría hermida PONTEVEDRA / LA VOZ

VILABOA

SANDRA ALONSO

Dice que la presión urbanística sigue siendo alta en toda la costa pontevedresa, de ahí que la APLU esté muy pendiente

10 feb 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

En municipios como Vilaboa, donde hay un movimiento vecinal contundente para luchar contra los expedientes de demolición que atenazan a algunas viviendas, hay un organismo al que, claramente, se le confiere el papel de malo de la película: la APLU o, lo que es lo mismo, la Axencia de Protección da Legalidade Urbanística. Su director, José Antonio Cerdeira, defiende el papel de la agencia y valora también la actividad de control urbanístico llevada a cabo en toda la comarca en el año 2017.

-Vilaboa. Ni siquiera le hago la pregunta, solo dígame qué le sugiere la palabra Vilaboa.

-Vilaboa es un sitio muy curioso, al menos así lo veo yo ahora mismo. Me sorprende muchísimo, aunque lo respeto, el movimiento vecinal que hay con el tema de los expedientes de la APLU. Estoy harto de escuchar que hay cientos de afectados. Digamos las cosas como son: ni hay campaña de acoso a Vilaboa ni se pretenden tirar cientos de casa. La actividad de control que se hizo y se hace en este municipio es la misma que en otros lugares y no hay abiertos más de 35 expedientes. ¿Son muchos? No. Es una cifra de lo más normal y además, de ellos, muchos no afectan a viviendas de primera residencia, sino a otros inmuebles.

-Los vecinos, sin embargo, insisten en que tienen ustedes puesta ahí la lupa...

-No es cierto. Vamos a ver, Vilaboa lleva años adherida a la APLU, es decir, el propio Concello fue el que eligió que asumiésemos sus competencias en cuanto a infracciones urbanísticas. Bien es cierto que se hacen inspecciones en municipios adheridos y en los que no están, pero este concretamente se adhirió. Y nosotros encantados de que así fuese. Quizás se entienda mejor explicando cómo se eligen los lugares donde se hacen inspecciones. La prioridad son los concellos adheridos, las zonas costeras, aquellos lugares que tienen espacios naturales protegidos o por donde pasa el Camiño de Santiago. Digamos que si un concello cumple uno o más de estos requisitos tiene muchas más papeletas para que se inspeccione. No podemos hacer cada año control de los 313 ayuntamientos, sería una tarea totalmente imposible.

-Supongo que le suena a canto de sirena, pero hay vecinos de aldeas como Postemirón o A Graña que dicen que construyeron en suelo rústico porque si se aprobaba el plan xeral aún pendiente sus casas serían legalizables...

-No se consuela el que no quiere. Es cierto que en concellos donde las normas urbanísticas son antiguas a veces ocurre que hay quien se ve empujado a construir fuera de la legalidad. La diferencia que veo entre Vilaboa y otros lados donde nos encontramos con esto es que en el resto de los sitios la gente asume la consecuencia de lo que hizo. Hoy, en pleno siglo XXI, todo el mundo sabe, o debería saber, que si construyes sin obtener licencia de obra vas por mal camino. Y eso ocurrió en Vilaboa.

-¿Qué cree que va a pasar con esas casas de Vilaboa amenazadas por la piqueta?

-No soy futurólogo, no puedo saberlo. Pero lo que está claro es que si se se aprueba el plan xeral y no están ejecutados los derribos se volverá a analizar cada situación y se verá si todos esos inmuebles son legalizables, si solo alguno, si ninguno... Además, habría que recordar que en Vilaboa no solo está actuando la APLU. También hay causas penales abiertas por haber construido en suelo rústico de especial protección. Yo no creo que nadie se atreva a decirle a la fiscalía que construyó ilegalmente pensando en un plan xeral que todavía está por aprobar.

-Hablemos del resto de la comarca de Pontevedra. En el 2017 la APLU ejecutó 23 derribos o expedientes de reposición de la legalidad. ¿Son muchos?

-En toda la franja costera la presión urbanísticia sigue siendo alta y el ansia de tener un inmueble al lado del mar también. Es una cifra totalmente normal.