El emérito espera «muchos abrazos y ver a la familia» ante su reencuentro en Zarzuela

Cristina Barral Diéguez
Cristina Barral SANXENXO / LA VOZ

SANXENXO

El Bribón, a bordo del que navega Juan Carlos I, gana el Trofeo Viajes InterRías de Sanxenxo en la categoría de Clásicos

22 may 2022 . Actualizado a las 21:07 h.

El Bribón, a bordo del que navega Juan Carlos I, ha ganado el Trofeo Viajes InterRías de Sanxenxo (Pontevedra), que se ha disputado desde el viernes y que es puntuable para la Copa de España 2022 Clase 6 metros. A las cuatro y media de esta tarde, tras los controles de seguridad y pruebas de sonido, se procedía a la entrega de premios en la explanada del puerto deportivo que lleva el nombre del monarca. El sol, que fue esquivo por la mañana, salió con fuerza. En el espigón se concentraban decenas de personas, muchas de ellas móvil en mano. Varios paraguas hacían de sombrillas. Allí se encontraba el alcalde de Sanxenxo, Telmo Martín (PP), que charla con Pedro Campos.Todas las miradas estaban puestas en el rey, que aparece a los pocos minutos. Se apoya en un bastón, lleva una gorra y sigue la ceremonia desde una silla. Con su presencia, se escucharon varios gritos de «¡viva el rey!» por parte del público allí congregado.

El acto dio comienzo con una serie de distinciones previas. Los vítores a Juan Carlos I, junto con los aplausos, volvieron a repetirse cuando el emérito subió al escenario, no sin dificultad, para la entrega del reconocimiento por su contribución a la vela por parte de Viajes InterRías. Acto seguido, llegó el segundo reconocimiento de esta empresa para el regidor de Sanxenxo, y el tercero para Pedro Campos. Fue él el encargado de llevarle el trofeo que reconoce como primer clasificado al Bribón 500, una vez entregado al emérito. «¡Viva don Juan Carlos!», se escuchó en cuanto subió a recogerlo, momento en que los vivas arreciaron.

Tras el acto y desalojada la prensa, Juan Carlos I se dispuso a marchar en un vehículo. Recorridos unos metros se paró con el coche, y los medios le preguntaron: «Majestad, ¿tiene ganas de que llegue mañana?», a lo que respondió con un «muy contento, mucho». Pero después, a la pregunta de qué espera del encuentro de este lunes con Felipe VI y Sofía de Grecia en Zarzuela, contestó: «Muchos abrazos y ver a la familia».

No es la primera vez que responde a esta pregunta en lo que va de jornada. Tras una noche de tormenta que pasó en la casa de su amigo y presidente del Real Club Náutico, Pedro Campos, y antes de embarcar para regatear como patrón a bordo del Bribón, el emérito contestó con un «pregunta, pregunta tú» a la cuestión planteada por la prensa sobre el reencuentro que se producirá este lunes tras dos años residiendo en Abu Dabi. Esa respuesta motivó que se le volviera a preguntar. Fue entonces cuando se escuchó un «yo estoy aquí, en Sanxenxo». La enigmática primera respuesta dio lugar a todo tipo de interpretaciones. Acto seguido, cerró el asunto haciendo un gesto con la mano. También se refirió al encuentro de ayer con su nieto Pablo Urdangarin, al que pudo saludar en el partido disputado en Pontevedra entre el Cisne y el Barça B. «Mi nieto muy bien», ha respondido, para zanjar que, en este sentido, ha sido «todo estupendo».

La embarcación liderada Pedro Campos, amigo del emérito, ha quedado cuarta en la última manga, lo que no le ha impedido colocarse en primera posición del ránking. Esta ha sido la tercera jornada de regatas, con tan solo una prueba disputada, tras la anulación este sábado de las pruebas por las condiciones meteorológicas adversas —principalmente inestabilidad en la duración e intensidad del viento—. Completan el podium Titia, también del Náutico de la localidad pontevedresa, y Caprice, del Club de Canido; todos ellos de bandera española en esa categoría de Clásicos.

El rey emérito llegó este domingo a las 10:32 horas al Real Club Náutico de Sanxenxo (Pontevedra) para asistir a la última jornada de regatas del Trofeo Viajes InterRías, en el que participa su embarcación «Bribón 500», y en el que está previsto que sea su último día completo en Galicia antes de dirigirse a Madrid para mantener un encuentro privado con la familia real.

Como en días anteriores, el rey emérito ha llegado a las instalaciones portuarias en el coche de su amigo y anfitrión, el empresario Pedro Campos, que lo ha dejado en la puerta de las oficinas del club náutico. Allí se ha dirigido tras bajar del coche, con la ayuda de uno de sus escoltas y caminando con dificultades, haciendo uso de un bastón. Acto seguido y tras atender brevemente a las preguntas de la prensa, embarcó en el Bribón.

Cristina Barral

El ambiente en Sanxenxo: «Sería estupendo que se retirara aquí»

Pero si la mañana vació las playas, a medida que se acercaba la hora del vermú aumenta el número de personas que pasean por los alrededores del Club Náutico. Hasta el sol intentaba hacerse paso entre las nubes. Algunos declinaban hablar. No porque no compartiesen la visita del rey emérito, sino porque los medios son muchos y más de uno repite como blanco de los periodistas.

Áurea, que es vecina de Dorrón, a tres kilómetros de Sanxenxo, es de las que no tiene inconveniente. «Me parece muy bien que esté aquí y sería estupendo que se retirara aquí. Sanxenxo ya es muy turístico, pero sería una buena opción». Su compañera de paseo, que prefiere el anonimato, dice que ve bien que esté aquí porque «fue rey de España». Áurea añade que «también otros políticos tienen sus follones».

La práctica mayoría de los consultados no le ponen un pero a la estancia de Juan Carlos I. Una pareja de asturianos, que vinieron a Vigo, señalan que no están en Sanxenxo por él, pero que no le importaría verlo «porque no soy antimonárquica».

De los pocos que claramente no entienden nada son Antonio y Rosa, que vienen de Barcelona y están alojados en Pontevedra. Antonio habla y Rosa asiente a su lado. «Me parece lamentable. No entiendo cómo la gente, después de conocer lo que ha pasado, lo aclama y lo vitorea. Parece que le perdonan lo que ha hecho».

Ángel y Mari, de la costa de Lugo, tiran de retranca gallega y aseguran que no están en Sanxenxo por el rey emérito. «Tería as súas cousas boas e malas, pero a esta idade...». Confiesan, eso sí, que son más fans del spa que del rey.