El rey emérito disfruta del balonmano con su nieto en Pontevedra tras quedarse sin regata en Sanxenxo

SANXENXO

Juan Carlos I dio un paseo fuera de la competición a bordo del Bribón, remolcado por una lancha motora, y se fue a ver a Pablo Urdangarin, que juega con el Barça B contra el Cisne de balonmano

22 may 2022 . Actualizado a las 12:02 h.

El rey emérito vuelve a capitanear el Bribón en un paseo por la ría de Pontevedra previo a la regata Trofeo Viaje Interrías. Desde primera hora de esta mañana, Juan Carlos I esperaba el inicio de la etapa a bordo del barco que patroneó durante décadas, pero la inestabilidad de viento terminó por suspender la segunda jornada náutica. Las ganas de volver a surcar las aguas de Sanxenxo llevaron al rey a salir en el Bribón remolcado por una lancha motora mientras decenas de personas le aplaudían desde el espigón del Náutico. «Venimos desde Valladolid para recibir a nuestro rey y darle el apoyo que se merece. Ha dado su vida por España y tiene que volver», decía María Antonia Queipo de Llano mientras ondeaba una bandera rojigualda.

Finalmente, la segunda jornada de regatas tuvo que ser cancelada debido a la inestabilidad de dirección e intensidad del viento que ha soplado a lo largo del día en la villa pontevedresa de Sanxenxo. Los barcos participantes habían tomado posiciones en el campo de regatas de cara a iniciar las regatas por la tarde, aunque finalmente pasadas las 17:00 horas han puesto rumbo a puerto por lo inadecuado de las condiciones meteorológicas. Al volver al puerto, Juan Carlos I fue vitoreado por decenas de personas. Preguntado por cómo se encuentra, respondió señalando a la gente: «Muy bien, ya lo véis».

Capotillo

Después de pasar la noche en la casa de Pedro Campos, el rey y su anfitrión llegaron juntos al Náutico de Sanxenxo sobre las once de la mañana preparados para embarcar cuando el comité de regatas anunció el aplazamiento de la salida. El vehículo lo acercó hasta el muelle para embarcar y se acomodó en el lugar que tiene habilitado para el monarca. 

Ramón Leiro

Apenas una hora después de abandonar el Náutico de Sanxenxo, el rey emérito reapareció en el pabellón municipal de Pontevedra para animar su nieto Pablo Urdangarin, hijo de Cristina de Borbón y de Iñaki Urdangarin, que juega en las filas del filial del Barca B, rival del Cisne. Es el segundo familiar al que ve desde que regresó a España el jueves, después de su otra hija, Elena, que ayer viernes se fue a Sevilla.

El monarca llegó arropado por Pedro Campos y por algunos de sus amigos más fieles en Sanxenxo cuando ya había comenzado el partido. Pudo apoyar a su nieto desde muy cerca después de dos años sin verlo jugar. Se sentó detrás de los banquillos esperando la oportunidad de saludarlo, algo que hizo al final del partido. Se les vio hablando, riendo, y haciendo gestos de complicidad. El nieto se fue con derrota.