Que no sea otra muerte en vano

SANXENXO

La playa de Silgar y los barcos que alertaron a Quique Vila de que algo le había sucedido a Juan Tábara, minutos después del accidente
La playa de Silgar y los barcos que alertaron a Quique Vila de que algo le había sucedido a Juan Tábara, minutos después del accidente

El siniestro que le costó la vida al doctor Juan Tábara en Silgar no es el primero de esas características. Concello, Xunta y ADEAC deberían tomar medidas de inmediato

24 abr 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

La campaña turística de esta reciente Semana Santa en la provincia fue de lujo, especialmente en poblaciones como Sanxenxo. Pero no se me ocurre peor borrón para la villa que simboliza el destino Rías Baixas que el suceso que le costó la vida al doctor coruñés Juan Tábara, un turista que junto a un amigo (Quique Vila) disfrutaban de nadar y bucear en las, aparentemente, tranquilas aguas de Silgar. Apenas llevaban sumergidos unos minutos, cuando fue arrollado por una lancha que navegaba a gran velocidad, presuntamente de modo temerario y en una zona inapropiada de la playa que no estaba balizada. No una lancha cualquiera, sino de alta competición; con tripulantes experimentados como David Fernández; de un equipo local, patrocinado por el Real Club Náutico de Sanxenxo y Nauta, la sociedad municipal que gestiona el puerto deportivo.

Lo ocurrido en la tarde del pasado Viernes Santo fue más que una desgracia; es, como mínimo, un accidente, producto de una irresponsabilidad, como parece deducirse del atestado de la Guardia Civil. Y derivará en un probable juicio que se dilucidará por un sumario por homicidio imprudente.

Por otra parte, este suceso se circunscribe a la complicada convivencia de bañistas y otros usuarios del mar (pedaletas, motos de agua, lanchas, veleros y yates) que, cada vez más, coinciden en nuestro litoral. Me recuerda a la coexistencia de ciclistas y automóviles en las carreteras que finalmente ha tenido que regular duramente la DGT. Pues bien: en nuestras playas, el peligro es mayor, cuanto más reclamo tiene el arenal. Y en ese sentido, la playa de Silgar es una especie de pasarela que propicia situaciones de más riesgo.

Antecedentes

Pero para colmo, pese a la versión oficial que trasladaba hace unos días el Concello de Sanxenxo, tampoco es el primer suceso de este tipo, con saldo mortal, que ocurre en este municipio. Remito a los lectores a la entrevista que ayer publicaba este periódico, con el militar e instructor de apnea, el pontevedrés Diego Calviño. Según relató a nuestra compañera María Hermida, él mismo asistió a un buzo de Vilagarcía, Manuel Ángel Fernández, al que mató la hélice de una embarcación que le arrolló cuando practicaban pesca submarina. Ocurrió en el verano de 2019, en Punta Cabicastro, cerca de Silgar. El sargento primera Calviño creyó, infructuosamente, que las Administraciones tomarían medidas para evitar que un suceso así se volviese a repetir. En consecuencia, está horrorizado, según manifestaba, ante la inacción de los responsables.

En esa misma línea, la familia del cirujano oftalmológico coruñés fallecido se propone reunir y documentar otros episodios ocurridos en el mismo escenario para que la investigación del caso llegue al final. Las hermanas de Juan Tábara hacen un llamamiento a cuántos presenciaron los hechos para que les hagan llegar sus testimonios. Asimismo, apelan a que les relaten incidentes anteriores que pusieran en peligro a bañistas. Con ese motivo han creado esta dirección de email para que los testigos contacten con ellas: porunsanxenxoseguro@gmail.com

Responsabilidades públicas

Por tanto, sí hay antecedentes. Lo que obliga a que nos debamos cuestionar, también, la responsabilidad de las Administraciones públicas directamente relacionadas con la gestión de las playas y el medio marino. Es decir, Concello de Sanxenxo y Xunta de Galicia. Y en segunda instancia, situaría a las organizaciones que, como ADEAC, es la que decide otorgar y tutelar las banderas azules que lucen en playas y ríos de España.

Hay una evidente responsabilidad compartida de las Administraciones públicas in vigilando, ya que la coexistencia de una zona de baño y el uso del mar para navegación, está regulada. En playas bandera azul como Silgar, la normativa es muy clara con respecto a las franjas de uso. Así como en lo que concierne a las áreas de navegación y aproximación a la orilla de lanchas, motos de agua y demás embarcaciones. Tienen que estar señalizadas. Todo el año, a ser posible. Como en Canarias. Por tanto, ha surgido un debate obvio: ¿Por qué aquí solo están balizadas en verano? La excusa de los temporales podría valer en los meses más adversos. Pero nunca en temporadas de más afluencia de visitantes. Era obvio que esta Semana Santa, Sanxenxo iba a reventar. Por las expectativas de ocupación que había, con un tiempo fenomenal y el ambiente de superación de las restricciones después de dos años.

Mala imagen

Un siniestro como este proyecta una mala imagen de Silgar, sempiterna bandera azul y símbolo del turismo en Galicia.

Sanxenxo tiene, entre muchos motivos de atracción, el cartel de ser un destino tranquilo y familiar, con unas playas bien dotadas de servicios además de una calidad sanitaria de los arenales y de las aguas. Toda esa imagen que se construye durante años de esfuerzo y trabajo de miles de personas, con mucho dinero gastado en promoción, se menoscaba en muy poco tiempo con sucesos que pudieran trasladar una sensación de inseguridad.

Hay mucho en juego. Empezando por las vidas de las personas.