Los niños ya no lloran en la vuelta al cole

SANXENXO

Los abrazos y las caras de emoción se multiplicaron en el centro educativo de Vilalonga, que se estrenaba hoy

09 sep 2021 . Actualizado a las 12:34 h.

La vuelta al cole ya no es esa montaña rusa de emociones que hacía derramar lágrimas a los más pequeños. Este jueves regresaron 14.580 niños a los centros de Pontevedra y su comarca. A las puertas, sonrisas y algún que otro abrazo de reencuentro que ni el covid pudo frenar. La mayoría todavía se adaptaban a los madrugones aparcados durante todo el verano. Sin lágrimas. Con los mismos protocolos covid, como si el tiempo se hubiese detenido con la pandemia. Y pensando en las horas de juego. «Seguro que hoy estamos más tiempo en el recreo», decía alguno a primera hora de la mañana.

El curso arrancaba como acabo el último, con entradas y salidas escalonadas para evitar contagios, gel hidroalcoholíco a las puertas de los centros y una mascarilla puesta y otra de repuesto para evitar contratiempos. Las medidas anti covid son una parte más del proceso de adaptación de un nuevo curso, que arranca en la provincia con 13.858 alumnos en centros públicos; 6.103 en privados concertados y 422 en privados no concertados. 

Si ayer había unos niños contentos eran los que llegaban al recién estrenado colegio de Vilalonga, en Sanxenxo. Esperaban con sus padres a la puerta del centro más moderno de la comarca y que se estrenaba precisamente esta mañana. «O colegio vello non ten punto de comparación con este». «Comparado con vello este tengo todo», explicaban los padres de los alumnos mientras esperaban fuera el turno de entrada de sus hijos. El viejo era «unha ruina» según señala otra madre a la entrada. El edificio construido en O Revel por la Consellería de Educación es una reiterada reivindicación de los vecinos de Vilalonga y del Concello de Sanxenxo. La obra es una de las inversiones más importantes en el ámbito educativo en la provincia y se inauguró esta semana con la presencia de Alberto Núñez Feijoo y el alcalde Telmo Martín. En la jornada de puertas abiertas que siguió participaron más de 600 personas.

El director del colegio, José Ricardo Rodríguez, explicó que la matrícula es este año de 211 alumnos -el último se matriculó esta misma mañana-. Hay 11 grupos, ocho de primaria y tres de infantil, atendidos por 19 profesores. «Deixamos acompañar hoxe aos pais, a unha persoa por neno». Los padres entran, conocen el aula de sus hijos y sus profesores y salen en general satisfechos. Y es que el colegio viejo tenía múltiples deficiencias que ahora se han subsanado. El director indica, por ejemplo, que ahora todos los desplazamientos de los niños se hacen a cubierto. Antes no había esa posibilidad y los alumnos de infantil estaban en un edificio diferente al resto por lo que se exponían a la lluvia y al frío en invierno para ir de un lado para otro en el recinto educativo.  

Así que los estudiantes de Vilalonga llegaron ayer con una motivación extra, que en los otros colegios de la comarca. Este curso Pontevedra y su área de influencia tiene 700 alumnos menos que en el último año cuando la cifra de matriculados en infantil, primaria y educación especial superaba las 15.000.