El pazo de Quintáns, en Sanxenxo, resurge de las ruinas y promoverá la cultura gastronómica de las Rías Baixas

Marcos Gago Otero
marcos gago SANXENXO / LA VOZ

SANXENXO

El conjunto monumental recupera su galería acristalada, balcones y salas

10 jun 2021 . Actualizado a las 11:42 h.

El pazo de Quintáns, en Sanxenxo, ha pasado de la ruina más absoluta -tanta como que mejor no entrar por si a alguien le caía un cascote o una viga- a convertirse en uno de los pazos públicos mejor conservados del entorno de Pontevedra. El delegado del Gobierno en Galicia, José Manuel Quiñones; el alcalde, Telmo Martín; y la presidenta de la Diputación, Carmela Silva, realizaron ayer una visita institucional que sirvió también de tarjeta de presentación ante los portavoces municipales y los medios de comunicación de cómo ha quedado el emblemático edificio de la parroquia de Noalla. El objetivo final que se marca el gobierno de Telmo Martín es transformarlo en un centro de la cultura gastronómica de las Rías Baixas.

El resultado conjuga el respeto, en la media de lo posible, a la estructura arquitectónica original, con la introducción de elementos de modernidad y accesibilidad para todos los visitantes. De esta forma, las estructuras de piedra se han limpiado y consolidado, y aunque suelos y cubierta tuvieron que derribarse para colocar unos nuevos, las paredes se han preservado tal y como se encontraban, integrándolas en el diseño final de las salas.

Dos millones de inversión

A la vista está el resultado de la primera fase de la restauración del pazo, que se financió con 1,3 millones de euros a cargo del programa 1,5 % Cultural del que fue Ministerio de Fomento, además de casi 700.000 más de aportación municipal. Ahora está pendiente una segunda fase, presupuestada en 600.000 euros, para la rehabilitación de los jardines exteriores y el acondicionamiento de un párking en una de las parcelas en las que se dividen los extensos terrenos alrededor del edificio.

El recinto del pazo consta de dos edificaciones principales. Por un lado, está la vivienda, conformada por bajo y un piso, donde se han habilitado amplias estancias, unos baños y un ascensor. Uno de los elementos más característicos de Quintáns es la gran galería acristalada, que dirige al espectador hacia la ría de Arousa y O Grove, ofreciendo una vista panorámica que Otero Pedrayo definió una vez como «el paisaje más bonito de Galicia». Se ha mantenido el color verde de la estructura, que era el original en los tiempos en que el inmueble estuvo habitado.

A lo largo de la visita en el pazo, se pueden percibir detalles que hablan de cómo fue el día a día en este inmueble, que empezó a construirse a finales del siglo XVI y que alcanzó su esplendor en los siguientes dos siglos. Por ejemplo, en el bajo hay una especie de pesebre de piedra en el suelo. Justo encima se ve un orificio que asciende al primer piso de forma diagonal. Da justo a las cocinas y se entiende que desde allí se lanzaban los restos de comida para alimentar a los animales en las cuadras. La chimenea de la cocina, enorme, tiene cabida para varias personas de pie.

En la entrada principal se ha repuesto la pequeña capilla con una imagen de la virgen esculpida en piedra y un cruceiro coronando el tejado. Asimismo, dentro del recinto destaca el hórreo, de grandes dimensiones, que también se ha adecentado, así como el antiguo cobertizo, totalmente transformado. El proyecto de la segunda fase contempla dotarlo de un jardín botánico. En la entrada se alza un abeto blanco, una especie de interés botánico.