Sobrevolar el mar es cosa de familia

Nieves D. Amil
nieves d. amil PONTEVEDRA / LA VOZ

SANXENXO

cedida

José y Yeray Lorenzo quedan subcampeones de Europa en endurance después de surcar las aguas de Sanxenxo a más de 130 kilómetros hora

24 sep 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Son padre e hijo, piloto y copiloto y además, subcampeones de Europa en una modalidad de motonáutica marcada por la velocidad, una especie de deporte extremo que hace derrochar adrenalina a los que controlan sus motores y su volante. Besan el mar a más de 130 kilómetros por hora, sobrevuelan las olas con suficiente destreza como para navegar sin miedo, pese a los sustos. José y Yeray Lorenzo controlan todo el proceso, desde que el barco es una amalgama de materiales hasta que cruzan la meta en competición. Ellos diseñan la embarcación, la echan al agua y la manejan para obtener como resultado el éxito deportivo. El culpable de los triunfos es José, que a sus 47 años lleva ya 20 en un candelero al que llegó «por casualidad».

Empezó haciendo barcos para otros en la empresa en la que trabajaba en Vigo. «Hacía lanchas semirrígidas y un día mi jefe me dijo que hiciese una para mí para poder competir y hacer publicidad», comenta José Lorenzo, que esa casualidad que le llevó a subirse a una embarcación de cuatro metros fue el punto de partida para el barco de nueve metros que diseña CBS, la empresa que fundó. «Seis de las embarcaciones que compitieron el fin de semana son nuestras», comenta este deportista vigués. Por afición y por profesión, la familia Lorenzo está ligada al mar.

Este fin de semana lo demostraron con honores al colgarse la medalla de plata en el Campeonato de Europa de Endurance por detrás de la pareja de andaluces Javier García y José Manuel Pardo. Este segundo puesto se suma al segundo en el Mundial y al primero en el Campeonato de España de este mismo año.

No tienen secretos, solo confianza y seguridad. «Sin eso no seríamos capaces, hay que estar muy centrados y tener mucha confianza entre piloto y copiloto, en nuestro caso mi hijo lleva los mandos del motor y yo el volante, si no fuese él conmigo, no entraríamos al límite», explica José Lorenzo, que si regresó hace tres años a esta disciplina fue porque tenía a su lado a Yeray. «Después de seis mundiales con el barco que me construí, lo dejé y hace unos años, un equipo de Cádiz me llamó para competir, fue cuando mi hijo me dijo que volviese que él se venía conmigo», comenta José Lorenzo, que espera que pronto las aguas gallegas acojan un Mundial de una disciplina en la que este fin de semana competían una veintena de barcos.

Su hijo, a sus 20 años, reconoce que la «emoción y la energía» del endurance no la encuentra en otros deportes, aunque como todos necesita grandes dosis de constancia y esfuerzo. Cualquiera que los haya visto el sábado surcar las aguas de la ría de Pontevedra sabe que los «sustos» forman parte de su día a día en el mar, eso sí, ambos reconocen que «para nada pasan miedo». Ni siquiera lo pasa Ana María, la madre de Yeray y mujer de José, que este sábado y domingo estaba en el puerto junto a toda la familia Lorenzo. Ellos estaban tranquilos desde el dique, pero en la embarcación la situación era bien distinta. «No tuvimos muy buena suerte, ganamos la primera manga, pero hicimos un trompo importante y en la segunda íbamos tan encendidos que cogimos una ola y viento fuerte que nos empotró contra la boya», explica José Lorenzo, que sabe que esa acción, aunque involuntaria, está penalizada. El segundo puesto en el Europeo se suma al oro en el Campeonato de España y del Mundo del 2018 y al subcampeonato de Europa y nacional del 2017, cuando empezaron juntos padre e hijo. Ahora ambos controlan la velocidad y el viento para sobrevolar el mar.