El sí quiero motero de Baltar

xiana r. olivares PONTEVEDRA / LA VOZ

SANXENXO

Oscar Vázquez

La pedida de mano en medio de la concentración de Sanxenxo el sábado causó un gran revuelo. «Lo hice pensando que no se notaría», asegura el novio

10 sep 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

La concentración motera del pasado fin de semana en Sanxenxo no solo fue un éxito en términos de participación. Kike y su novia Laura emprendieron el que podría haber sido un viaje más desde Redondela para disfrutar de unas jornadas entre amigos durante el trigésimo quinto aniversario de la Concentración Moto Turística Rías Baixas, una iniciativa del Moto Club Amigos de la Moto. Pero para cuando regresaran a casa, sus vidas habrían cambiado. Aunque él ya lo sabía.

«Lo planeé todo con mis amigos durante el último año», confiesa Kike, «quería pedirle matrimonio ahí porque es el sitio cerca de casa donde hay más motos, y es la concentración más grande que hay por aquí». No podría haber sido en otro lugar, ni de otra manera. «Quería hacerlo así porque esto es lo que a nosotros nos gusta». El joven se refiere a las motos, que él adora «de toda la vida», y aunque ella lo pisa asegurando que «yo también», Kike asegura que Laura descubrió su pasión por las dos ruedas algo más tarde: «A ella le gustan desde los 16 años».

La idea era seguir un meticuloso plan que Kike y su grupo de amigos se habían encargado de idear con todo tipo de detalle. Habían pensado en todo. «Cómo hacerlo y a qué hora, porque en función del horario y de la zona sabíamos más o menos si se podía parar o no; cuanto más tarde, más difícil», explica Kike. «Mis amigos me ayudaron a ver cómo hacerlo», pero, sobre todo, «a llevarla a ella sin que protestara, porque suele protestar bastante», puntualiza, a lo que Laura sonríe.

El objetivo: cortar el tráfico

Solo había un detalle que escapaba a su control hasta el propio día de la pedida: cortar el tráfico. «Mandé a un amigo mío a que hablase con la policía, pero le dijeron que no podía», relata Kike. Pero él no estaba dispuesto a abandonar, luego de tantos meses aguardando el momento perfecto. «Fui a hablar con el policía y lo convencí». Bien por sus encantos, bien por un favor que Kike le aseguró bromeando que le devolvería en un futuro, el agente accedió. «Le dije que solo iban a ser veinte segundos y que solo iba a ocupar un carril», aunque al final pararon el tráfico en el otro «porque la gente se detuvo a mirar».

Todos los implicados se habían encargado bien de grabarse a fuego la teoría. «Tenía que hacer como que se me calaba la moto y luego bajar», justo lo que pensó Laura llegado el momento. «Luego vi que se arrodilló y... no me lo esperaba, la verdad», recuerda ella. La pedida generó una gran repercusión, pero la oleada de vítores que desató el anillo pasó a un segundo plano para Laura, que durante el tiempo que lo observaba sin aliento desde la moto «solo podía mirarlo a él, no me centré en si había más gente». Kike, por su parte, admite que lo hizo «pensando que no se iba a notar», aunque ocurrió todo lo contrario. El tímido revuelo inicial fue en aumento al recibir la felicitación espontánea del alcalde de Sanxenxo, Telmo Martín, que pasaba por allí. «Vino a vernos y a preguntarnos de dónde éramos», afirma la pareja.

Cortaron el tráfico algo más de veinte segundos, un tiempo que los amigos de Kike aprovecharon para inmortalizar la estampa. «Intentaron rodearnos para grabar y hacerse notar», comenta Kike. «Los del otro carril se detuvieron a mirar, después se paró la gente por la acera y también se acercaron los del club». Todas las condiciones que había prometido Kike ante la autoridad quedaron relegadas al calor de una situación que desbordó todas las expectativas. Superado el reto, ya solo queda pendiente un favor. Pero esa será otra historia.

«Les regalamos el viaje por sorpresa, delante de todo el mundo»

Las sorpresas de la jornada no acabaron en la carretera. Desde el Moto Club Amigos de la Moto de Sanxenxo, la entidad que organiza el evento, decidieron ponerse a indagar para conocer a la pareja responsable de un eco sin precedentes para la concentración motera. «Los invitamos a comer a la carpa para poder hablar con ellos», cuenta el presidente, Sergio Prol. Para la pareja, el encuentro supuso «un muy buen rato».

Finalizada la comida y concluidas las presentaciones, dejaron escapar a la pareja con la condición de que regresaran en diez minutos, «porque nos dijeron que querían sacarnos una foto, ya que era la primera vez que ocurría algo así en los 35 años que se venía celebrando el encuentro», explica Laura. Así que se perdieron un rato por el mercadillo y luego acudieron al palco. «Nos subieron al escenario y nos dieron el detalle, no nos lo esperábamos», dicen. Recibieron su propio homenaje en la entrega de premios, cuando «les regalamos el viaje por sorpresa, delante de todo el mundo», apuntan desde la organización. Coincidió con el momento en que Laura recibió su golpe de realidad. «Ahí sí que pasé vergüenza», reconoce, «pero estoy encantada, la verdad».

Como adelanto a su luna de miel y en agradecimiento al ruido que generó la pedida de matrimonio, el Moto Club ­-con la colaboración de los hoteles Gran Talaso, Carlos I Silgar y Nuevo Astur Spa- obsequió a Kike y a Laura con un viaje sorpresa de siete días a Asturias, donde nunca habían estado antes y a donde esperan ir «en el primer descanso que tengamos».