Una nutria cría a sus cachorros en el puerto de Sanxenxo

Marcos Gago Otero
marcos gago SANXENXO / LA VOZ

SANXENXO

Cedido

La madre repite desde hace años su estancia en el pantalán

10 ago 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Puerto de Sanxenxo. Altas horas de la madrugada de una noche cualquiera del mes de agosto. La capital turística de las Rías Baixas vibra con miles de visitantes. Aparentemente ajenos al ajetreo de los locales de copas y al amparo de las sombras de la noche, una madre nutria saca a pasear a sus cachorros. Llama la atención el lugar elegido para la excursión. No son las rocas de Cabicastro, ni calas poco frecuentadas como Area de Agra, donde dicho sea de paso en junio se dejó ver un grupo de jabalíes un día a rayar el alba. Esta familia de nutrias vive, o al menos se deja ver con frecuencia, por el pantalán del Náutico de Sanxenxo, a escasos metros de uno de los espacios más concurridos y famosos de la noche pontevedresa.

Este pantalán tiene acceso restringido y las nutrias campan a sus anchas, aprovechando la abundancia de comida en el agua y la ausencia de los humanos en este punto portuario concreto. El único que rompe sus aventuras nocturnas es el vigilante del Náutico, José Manuel Diz, quizás el único humano al que esta mamá deja acercarse a unos metros sin echarse al agua para esconderse.

Diz lleva tres años vigilando este pantalán en verano y en las tres temporadas ha visto -y grabado- a las nutrias. «Creo que debe tener algún pilote agujereado en el puerto y las cría allí», apunta Diz. Si de madrugada se acercan al pantalán del Náutico se debe, entre otras cosas, a su comodidad para este animal y a su aislamiento de los humanos

El vigilante indica que siempre ha visto tres ejemplares, es decir, madre y dos cachorros. El padre parece que se desentiende de la crianza. La madre enseña a sus pequeños a pescar y a comer. Presas no le faltan. «El suministro de comida es abundante, porque hay anguilas, pescado y chocos», apunta Diz. No les da comida, porque no son carroñeras.

«La costa está llena de nutrias, en O Grove, en Pedras Negras, en muchos sitios», precisa Diz, que todavía no le ha puesto nombre a las visitantes nocturnas más pintorescas de su pantalán.