En Moraña, por su parte, la lucha para que las unitarias sigan vivas tiene nombres y apellidos. Uno de ellos es el de Susi Arca. Ella lleva 25 años como maestra en la escuela de Amil, que este año funcionó con seis niños. Pero cuatro de ellos, que tienen cinco años, pasan a primaria y por tanto deben marcharse al colegio. Así que hacían falta otros cuatro. Se anotaron enseguida tres. Pero el cuarto tardaba en llegar. Y la maestra habló con las familias, con el Concello... «Sinxelamente, non quería que se apagase o último foco de cultura e de vida na parroquia. Sen a escola vanse os berros dos nenos, o ruído que fan ao xogar», dice Arca.
Finalmente, una niña completó la matrícula y en Amil tampoco se bajará el telón en septiembre. ¿En unos meses volverá a ocurrir lo mismo, habrá que volver a pelear para no cerrar una vez más? «Os que entran ningún ten cinco anos, así que salvo que marchen por algunha circunstancia o normal é que continúen ata rematar infantil. E todos os que poidan vir sumarían a maiores. A verdade é que este ano era o máis problemático, porque non había nenos de tres anos na zona, para o vindeiro curso si que se prevé que veñan máis», indica Susi Arca.