Viacrucis por buena causa en la PO-308

María Hermida
MARÍA HERMIDA PONTEVEDRA / LA VOZ

SANXENXO

LAURA LÓPEZ

La coincidencia de las obras entre Covelo y Raxó, en Poio, y las de la calle Progreso, en Sanxenxo, requieren paciencia al volante en una carretera de por sí complicada

26 abr 2019 . Actualizado a las 21:57 h.

Habría que hacer la prueba. Pero, posiblemente, no tarden muchísimo más los peregrinos que van a pie por la PO-308, haciendo la Variante Espiritual, que los conductores que enfilan esta carretera desde Pontevedra para ir hacia Poio o Sanxenxo. El vial de la costa es siempre complicado. Lo es porque figura entre las vías con más tráfico de la provincia -es la tercera, llegando a una media de 20.000 coches al día en verano y de 17.000 en invierno-. Y lo es porque en ella se combina el paso de coche con el de ciclistas -especialmente estos días, con la celebración del ITU Multisport-. Pero, además, desde hace un tiempo la PO-308 es un vial en obras, tanto en Raxó como a la entrada de la villa sanxenxina. Así que el viaje entre la Boa Vila y Sanxenxo se convierte en un viacrucis por una buena causa. Pero viacrucis, al fin y al cabo.

Desde Pontevedra, no hace falta llegar a Samieira, donde aparecen las primeras obras, para ir a ralentí. El tráfico de media mañana ya obliga a ir lento en los primeros kilómetros. Al llegar a Samieira, aparece el primer semáforo de obra -al menos era así el jueves-. Si está en rojo, toca esperar unos minutos a que la larga fila de coches del otro carril pase. Entonces, da tiempo a observar cómo han cambiado las cosas en cuanto a logística de obras. Así, llaman la atención las vallas de color rosa chillón y las farolas recubiertas con tela de idéntica tonalidad o con verde fosforito. La espera sirve también para comprobar que realmente ya está ejecutada una buena parte de la actuación. Cabe recordar que los trabajos para dotar de sendas peatonales a este tramo de la PO-308 empezaron en pleno verano y, si se cumple el plazo de ejecución, en agosto o septiembre deberían quedar listos. Aunque en tierra, ya se adivina buena parte de esa senda que hará que la carretera sea más segura para los peatones.

Semáforo con minutero

Antes de terminar el tramo, hay otro semáforo de obra, a la altura de Conservas Cámping, en Raxó. Ahí, el semáforo incluso va informando al conductor de los minutos de espera que le quedan por delante. Al igual que en el caso anterior, la cola que se va formando ante el semáforo es larga por lo concurrida que está siempre esta carretera a pie de ría.

Los obreros están, en este entorno, abriendo zanjas, metiendo suministros bajo tierra y dibujando el recorrido de las futuras sendas. En total, son 3,7 kilómetros de zafarrancho de obra y una inversión de 1,6 millones de euros. Tras pasar Poio y llegar a Sanxenxo, la vía está libre de obreros. Pero, en teoría, en verano quedarán adjudicados los trabajos para abrirle las tripas a la PO-308 también desde A Granxa a Nanín, donde se prevé hacer aceras y sendas complementarias que den seguridad al peatón.

Al llegar a Sanxenxo, más obras. La calle Progreso está también levantada. Así que toca volver a tener paciencia. En total, pasaron algo más de minutos para cubrir los veinte kilómetros que separan Pontevedra de Sanxenxo por el vial costero. Siempre está la opción de volver a la Boa Vila por la autovía do Salnés.