El acento eslavo de la misa estival de Sanxenxo

Marcos Gago Otero
marcos gago SANXENXO / LA VOZ

SANXENXO

Ramón Leiro

Un cura de Polonia lleva 3 años atendiendo la parroquia de san Ginés durante las vacaciones del párroco

30 jun 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

La misa en Sanxenxo esta semana se ha abierto a Europa, con motivo de las vacaciones del párroco titular, Samuel García, que se ausentó de la localidad turística para asistir a un retiro espiritual. En el entretanto, los oficios litúrgicos han seguido celebrándose, pero desde hace tres años, la ausencia de don Samuel en julio la suple un joven sacerdote de 36 años. En estos tiempos de escasez de vocaciones, la presencia de un cura tan joven llama la atención a los visitantes, pero destaca aún más este caso porque el sacerdote, Slawek Jeziorski, viene del otro extremo del continente, del sur de Polonia. Y la experiencia le ha gustado tanto que este verano también ha pasado unos días otro sacerdote compañero de estudios en Roma, Lucas Celinski, de 34 años.

Slawek explica que llegó a Sanxenxo sin conocer a nadie aquí. «Tengo un amigo que estudia todavía en Navarra. Es amigo de don Casimiro de Pontevedra, que también es amigo de don Samuel y me llamó preguntándome si me gustaría venir a Sanxenxo porque necesitaban ayuda». Así lo hizo y tras hablar con don Samuel el mismo día compró el billete para viajar a Sanxenxo. De la villa turística no sabía nada en aquel entonces pero la recepción que le otorgaron los vecinos fue tan cálida, que Slawek no dudó en regresar otras dos veces más. «Estoy muy contento aquí, la gente es muy agradable y el ambiente es muy confortable».

Los dos sacerdotes polacos estudiaron en Roma, donde Slawek sacó un doctorado en Liturgia, titulación que Lucas todavía está acabando. Después de rematar sus estudios, estuvo un mes en México y allí estudió y practicó el español. Sus conocimientos previos de latín, así como de italiano, le ayudaron mucho a avanzar en el idioma de Cervantes. Ahora bien, una cosa es practicar un idioma y otra ponerse delante de los feligreses, que además proceden en verano de todas partes de España, y celebrar la misa. Visto el resultado, Slawek cumple su cometido con nota. «Doy misa muy tranquilo y yo espero que la gente entienda todo. Tengo que leer antes los textos porque a veces hay alguna palabra extraña para mi, pero espero que no esté mal dicha cuando hablo», añade.

Capellán de un instituto

Este cura lleva la docencia en las venas. Se decidió a ser sacerdote, como él dice, «al sentir el llamado del Señor». Su obispo lo mandó a Roma, capital del mundo católico, y tras su doctorado, regresó a su Polonia natal, donde es profesor de Liturgia en el seminario diocesano de Rzeszow. En esa ciudad también es capellán y profesor de Religión en un instituto católico, donde asisten cerca de medio centenar de alumnos. Le gusta su trabajo, donde tienen cabida a la vez la formación religiosa con la enseñanza secular.

En esta semana de junio, Slawek ha contado con la ayuda de Lucas, que como él también explica su vocación como el resultado del llamado divino. Lucas está en la recta final de sus estudios y vive en la actualidad en una parroquia de Roma, Nuestra Señora de Lourdes. «En Italia hago trabajo pastoral con los jóvenes».

Cuando su amigo le invitó a venir a Sanxenxo no tenía muy claro dónde estaba, pero aceptó la idea y no se arrepiente. También es capaz de expresarse en español, idioma que le pareció fácil al tener amplios conocimientos también de italiano y latín. «La misa en español es muy bonita, muy interesante, me gusta, y la gente también es muy abierta». Con el gallego ya es otro cantar, no se atreverían a celebrar misa en el idioma de Rosalía, aunque con la habilidad lingüística de ambos y si siguen viniendo por Sanxenxo en verano, no hay que dar nada por imposible.

Slawek ha encontrado en Sanxenxo un hogar. Se hospeda en el hotel Justo, a escasos dos minutos del templo viejo de san Ginés y precisa que «esta es la tercera vez que vengo a Sanxenxo, eso significa algo, lo seguiré haciendo siempre que esté disponible». Y es que como él mismo señala, aquí se siente como en familia.

Ser sacerdote en la capital turística de las Rías Baixas no implica pasar todo el día de oficios religiosos y rezos. Silgar está a un tiro de piedra y todo el litoral está lleno de arenales. ¿Va un cura a la playa? Slawek y Lucas sonríen ante la pregunta, que responde el primero. «Sí, estuvimos en la playa pero el tiempo de este año no es muy agradable», sostiene. Lucas añade que el agua de la ría «está menos salada que el Mediterráneo» y a renglón seguido incide en que en su país es mucho más fría. «Nosotros tenemos el Báltico», bromean.

Ambos sacerdotes apuran sus últimas horas en Sanxenxo este verano. Si todo transcurre como está previsto este fin de semana pondrán rumbo a Polonia y Roma respectivamente. Eso sí, antes habrá una excursión hasta Santiago. No en vano este año se puede ver por primera vez desde hace mucho tiempo el Pórtico de la Gloria en todo su esplendor polícromo, en un verano donde los peregrinos reforzarán el valor internacional de Galicia.