La penitencia infinita de la carretera de los 800 coches por hora

m.hermida / m.alfonso PONTEVEDRA / LA VOZ

SANXENXO

MARUXA ALFONSO

El volumen de tráfico continúa subiendo en el trazado que va de Sanxenxo a O Grove, pero su conversión en autovía sigue sin fecha

26 abr 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Una década ha pasado ya desde que se inauguró la autovía de O Salnés, una carretera que va desde Curro hasta Sanxenxo y que acabó con la siniestra vía rápida, aquella que terminó con tantas vidas sobre el asfalto. No se trata de una vía cualquiera. Es una arteria más que importante para acudir a las playas de O Grove y Sanxenxo, sobre todo teniendo en cuenta que las alternativas a la misma, tanto desde Pontevedra como desde Vilagarcía, están saturadas de tráfico y problemas. Pero aún así la Xunta dejó esa autovía de vital importancia incompleta. Le faltan siete kilómetros en su tramo final, que verano tras verano se convierten en un embudo tremebundo. El caso es que se prometió por pasiva y activa el desdoblamiento de esos 7.000 metros que van desde Sanxenxo hasta el inicio de O Grove. Pero diez años después la obra está más que paralizada. De hecho, hace tiempo que la Xunta ya no alude a ella con albricia ni siquiera en campaña electoral. El caso es que, mientras en el proyecto viario duerme en los despachos de San Caetano, a pie de vial la cosa empeora. Lo demuestran dos cosas. Los datos sobre el volumen de tráfico y lo que cualquiera puede ver en un viaje a través de la VG-4.1.

Comencemos con unos números que acaban de salir del horno. La Xunta dio a conocer que en el 2017, en el mes de agosto, la media de coches que pasaron por la vía que todavía no se desdobló fue de 19.270. O, lo que es lo mismo, 800 coches por hora. Se trata de una cifra que va en ascenso, ya que en el 2016 eran 17.928 vehículos por día en agosto. Es cierto que el resto del año las cifras no son tan elocuentes. Pero estío tras estío las caravanas kilométricas están garantizadas.

Pasemos a lo que se ve a pie de carretera. Podría decirse que ahora mismo, y tras algún parche, el aglomerado de esos siete kilómetros de dos carriles en los que desemboca la autovía de O Salnés alcanza el aprobado. Aunque algún que otro bache hay. Peor está la cosa en cuanto a taludes. Como todos los inviernos, lluvias y temporales han vuelto a provocar desprendimientos de tierra y ramas en un buen número de puntos, que de momento esperan a ser retiradas.

La respuesta de la Xunta

Pero ni el volumen de constante aumento ni tampoco el hecho de que Tráfico incluya este tramo entre los más peligrosos de España parecen ayudar para que de una vez por todas se desdoble la carretera. Al preguntarle a la Xunta por esta cuestión, la respuesta suena a viejo. Dada que la excusa habitual desde hace años era un problema con un regato llamado Rego dos Mouros que está en Red Natura, ahora el discurso ya se aparta un poco del riachuelo: «El problema no es la afección a un río, sino a la Red Natura 2000. Se está trabajando en una propuesta que permita compatibilizar al máximo la obra que se pretende, del momento que esta sea viable, con la protección natural que hay en la zona», señala la consellería.