A por otro año de récord

SANXENXO

El incesante flujo de peregrinos mantuvo el pulso en una Semana Santa pasada por agua, que estrenó el registro de visitas a Cíes y el decreto de viviendas vacacionales

01 abr 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

La campaña de Semana Santa cuyos resultados finales conoceremos en próximos días, ha supuesto en la práctica el inicio real del ejercicio turístico 2018. Particularmente en destinos como Rías Baixas donde partimos con la mochila de que una mayoría de los alojamientos operan entre Semana Santa y la Festa do Marisco de O Grove, lo que reduce la temporada a solo ocho meses.

Con esta y otras premisas, nos hemos propuesto en Galicia batir nuevamente récords de visitantes y de resultados económicos. Es una tarea compartida por instituciones como la Xunta de Galicia o Turismo Rías Baixas y por los agentes sociales representados a través del Clúster de Turismo de Galicia. El reto es ambicioso, máxime después de dos años consecutivos de pulverizar registros.

El Camino tira del pelotón

Los datos de los tres primeros meses del año nos sitúan ante un paisaje un tanto dubitativo, sobre todo después de esta Semana Santa. Por una parte, el tránsito de peregrinos por las diferentes rutas hacia Compostela, se ha incrementado un 30 % con relación al 2017, lo que es un magnífico indicador. Durante todos estos días festivos, el trasiego por ciudades como por ejemplo Pontevedra, hito del Camino Portugués, ha sido incesante desbordando la capacidad de alojamiento en nuestro albergue lo que obligó a tirar del IES A Xunqueira como plan B.

El Camino es un revulsivo. Solo en la ruta portuguesa, si se cumplen las previsiones, tendremos este año 70.000 transeúntes de los que solo un 25 % dormirán en albergues, lo que supone que se genera negocio para todos los que deberán alojar a peregrinos y a «turigrinos», según feliz definición de Tino Lores, presidente de Amigos del Camiño Portugués. Pero esta Semana Santa también ha dejado una impronta de cierta inquietud pues la sucesión de frentes y borrascas atenuó la ocupación hotelera en general, con las excepciones de casas de turismo rural y establecimientos termales que sí han marcado registros muy altos. Por tanto, parece claro, que mientras no se consoliden los anticiclones, será sobre todo el Camino quien tire del carro para procurar el propósito de la Xunta y el sector para este 2018.

Recordemos que en enero pasado, desde Fitur, la pasarela anual del turismo en la que Galicia viene enseñando músculo, fue el propio Alberto Núñez Feijoo quien afirmó «a pesar de no tener aún el AVE, Galicia no se conforma con los 5 millones de turistas de 2017. Somos imparables y estamos muy lejos de alcanzar nuestro techo», sentenció triunfalista el presidente autonómico ante el público y autoridades que le escucharon en el pabellón ferial.

Imaginemos el reto lanzado por Feijoo como si fuera una carrera ciclista por etapas, como un Tour de Francia. Cabe preguntarse, después de la prólogo que ha supuesto esta Semana Santa, ¿estamos en el «bo camiño» como decía el eslogan, para conseguir ese propósito? Cuando el titular de la Xunta lanza semejante envite lo que pretende es tensionar a todos los actores del negocio turístico en aras a una meta aún más ambiciosa: superar el medio millón de peregrinos en el año 2021 y situar el total de turistas que visiten Galicia con motivo del próximo Año Santo Compostelano en una cifra extraordinaria, del orden de 6 millones de personas y 12 millones de pernoctaciones.

Instituciones y sector están comúnmente ocupados desde hace años en consolidar una oferta turística de calidad frente al evidente crecimiento de la cantidad de visitantes que recibimos. El documento Estratexia Turismo de Galicia 2020 que consensuaron Administración y agentes sociales, señala puntos fuertes y débiles con el propósito de mejorar nuestras capacidades. Los principales puntos negros a corregir son la mejora de las comunicaciones (por tren y aéreas); la competencia desleal de precios; la saturación de ciertos destinos y la falta de señalización.

Para atajar algunas de esas carencias se acaba de estrenar, precisamente en esta Semana Santa, el sistema on line de obtención de autorizaciones para visitar las islas Cíes. Tras las dudas iniciales, sobre todo de las navieras, parece que la aplicación funciona y va camino de normalizarse como ya ocurrió con la playa de As Catedrais.

Nuevos competidores

Por otro lado ha sido la primera Semana Santa en la que se ha aplicado el decreto de la Xunta que regula las viviendas vacacionales, vigente desde mayo del año pasado. En este tiempo ha logrado que 5.000 pisos que se alquilaban de modo opaco y alegal, concurran a un mercado reglado para arrendarse en condiciones de competencia más leal con el sector hotelero que suspira un poco más aliviado.

La cantidad de las viviendas turísticas regularizadas, mayoritariamente de la provincia de Pontevedra con Sanxenxo a la cabeza con 1.150 pisos aflorados, es aún escasa si la estimación procede de la Xunta de Galicia. También para el Clúster de Turismo que considera que hay aspectos mejorables en la norma, como la necesidad de establecer un mínimo de días de alquiler del mismo modo que se estableció un máximo de un mes. La posibilidad de que una vivienda de ese tipo pueda arrendarse solo por un día o un fin de semana, parece confrontar con la oferta hotelera mientras plataformas on line como Airbnb sigue aumentando su cuota de negocio en Galicia.