Una playa urbana de Sanxenxo convertida en un pedregal

Marcos Gago Otero
marcos gago SANXENXO / LA VOZ

SANXENXO

MARCOS GAGO

Este entorno espera desde hace años por un plan ambiental que reponga la arena que se llevó el mar al ampliarse el espigón

21 mar 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

A Carabuxeira podría definirse como la playa que devino en pedregal. Solo hay que acercarse en marea baja para tener una idea más precisa de la dimensión de la catástrofe. Toneladas y toneladas de arena se han movido de sitio y en su lugar se ha descubierto un lecho rocoso, pedregoso y por veces intransitable. Ahora bien, el aspecto calamitoso empieza ya por los propios accesos a la otrora lustrosa playa. Es, sin lugar a dudas, la gran olvidada de un municipio que presume, y con razón, de contar con algunas de las mejores playas de Galicia. A Carabuxeira, por contraste, podría entenderse como lo que pudo ser y no es.

Para empezar, está la dificultad de acceso. Si usted es una persona discapacitada, con dificultades de movilidad o con niños pequeños, cambie de playa sin pensárselo dos veces. Esta es una playa inaccesible. Desde la confluencia con la avenida de León, un estrecho camino con un firme irregular y marcado por un cartel de prohibido perros, desemboca en la playa. Después de pasar por el camino de los horrores, porque llamarlo camino ya es mucho decir, uno se encuentra de bruces con un giro del acceso, que discurre paralelo al muro de cierre de una vivienda y que tiene apenas el ancho de una persona. La imagen de este acceso es tan deprimente como su final. Remata en una escalera hecha pedazos por el mar, por la que se desciende brincando -la mitad yace desperdigada por la superficie de la playa en trozos fundidos de piedra y hormigón-.

Una vez en la playa uno hecha precisamente de menos eso, la playa. Si se mira a la izquierda, una inmensa masa de piedra y rocas saluda el visitante. Es el paraíso de los bañistas curiosos que disfrutan de saltar de roca en roca y de buscar pozas entre los penedos durante la bajamar. Sin embargo, la superficie arenosa es más escasa y a poco que tuviese afluencia, habría casi que pedir cita para poder poner una toalla en la arena seca.

Lo más llamativo son las fotos antiguas que revelan un gran arenal donde hoy se alzan las rocas. Y es que la mayor parte de estas rocas estaban hasta no hace demasiados años cubiertas por la arena. La ampliación del espigón del puerto deportivo, que fue ilegal y se saldó con una sanción en su momento, alteró las corrientes del entorno y ese cambio hizo que el mar no solo depositase los nuevos aportes de arena en otros lados, sino que también sirvió como zapa de la playa que existía y la fue vaciando hasta hoy.

Existe un proyecto para salvar esta herida ambiental en el centro urbano sanxenxino. Se trata de un aporte de arena que cubra este pedregal y la construcción de dos muretes que sirvan para contenerla dentro de este ámbito. El Concello quiere incluir también un paseo que permita que los visitantes puedan ir andando desde Panadeira hasta A Carabuxeira sin tener que ir por la carretera. Está por ver cómo se lleva a cabo este proyecto, que aspira a implicar a Portos, Costas y Concello.