El picudo avanza imparable y afecta a palmeras de toda la costa de la provincia

Marcos Gago Otero
marcos gago PONTEVEDRA / LA VOZ

SANXENXO

MARCOS GAGO

La plaga amenaza lugares emblemáticos como los turísticos árboles de A Toxa y devasta parques y jardines de 32 concellos

22 ene 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

La plaga del escarabajo picudo continúa creciendo en la provincia y ya afecta a la totalidad de los mucipios costeros, desde A Guarda hasta Vilagarcía, con la única excepción de Meaño, Catoira y A Illa. Este insecto está destruyendo palmeras tanto en parques como en jardines privados y públicos y su progresión en los últimos meses supone un serio riesgo para la supervivencia de este árbol en el litoral pontevedrés. Por diversas circunstancias, como la mayor abundancia de palmeras en la costa y un clima más benigno, la invasión del picudo todavía no se ha propagado por el interior de la provincia, aunque está por ver qué pueda ocurrir cuando llegue el verano y las temperaturas vuelvan a elevarse. Con el calor, este insecto se vuelve muchísimo más activo.

No solo la costa está afectada, la plaga, que llegó a Galicia a través de Portugal, también está prácticamente atacando las palmeras de todos los concellos del área inmediata a Vigo y la cuenca del río Miño. En total, la Consellería de Medio Ambiente lo ha detectado en 32 concellos, entre los últimos en descubrirse se encuentra Sanxenxo. Es previsible que ya se encuentre en otros más y que aún tenga que verificarse.

Estragos en el Baixo Miño

Los estragos más grandes los está haciendo en el Baixo Miño y el entorno vigués. En Tui, por ejemplo, al Concello no le quedó más remedio que talar una de las dos palmeras que adornaban la plaza de la casa consistorial. En muchos otros, estos árboles están desapareciendo de los espacios públicos. Uno de los problema es es que la muerte de las palmeras no supone el fin de la plaga, porque las larvas permanecen en los troncos y cuando crecen aumentan su expansión por el entorno inmediato. La única solución en estos casos es la tala, por un gestor especializado, y la destrucción de la madera, triturándola.

En otros casos, los concellos recurren a tratamientos de los árboles en conjuntos históricos o turísticos, como es el caso del parque de Las Palmeras en Pontevedra o el palmeral de A Toxa, en O Grove. En los casos cuando los ejemplares están en parcelas particulares, le corresponde a su dueño actuar y decidir qué hacer.

Esta última circunstancia dificulta mucho la lucha contra el insecto porque de poco vale tratar una palmera en una propiedad, si la de al lado no lo hace y está infectada, como alertó el Concello de Poio esta semana.