Para veranear en Silgar hay que ser campeón de España

carmen garcía de burgos SANXENXO / LA VOZ

SANXENXO

El seleccionador de fútbol playa de Murcia prometió a su familia que, si ganaba, irían de vacaciones a Sanxenxo

18 jul 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

José Francisco Vidal y José Jerez caminan orgullosos por el paseo de Silgar. Llevan en las manos una copa de gran tamaño que los identifica como ganadores indudables del Campeonato de España por Selecciones Autonómicas de Fútbol Playa. Una mujer que supera los setenta los para por el camino. Es la cuarta en apenas unos metros. Les pregunta de qué equipo son y, a continuación, les pregunta si han ganado. Ellos contestan amablemente y con una sonrisa en la boca lo mismo que al resto de vecinos y turistas anteriores: son del Murcia y acaban de proclamarse campeones juveniles.

En realidad, ellos dos no son jugadores. Son el seleccionador y el segundo entrenador, respectivamente, pero van tan hinchados de orgullo como el resto de la plantilla, que les espera unos metros más adelante para ir a comer. Después, una pequeña siesta y al autobús para emprender el viaje de vuelta.

Mezclados casi con los murcianos, los andaluces transportan su propia copa, la de los sénior, y atienden el mismo número de requerimientos. El naranja, verde, azul, rojo y celeste que han espolvoreado la playa más famosa de Sanxenxo durante las últimas dos semanas dieron paso en apenas unas horas al único contraste de blanco y azul del arenal y el mar que lo frena. Pero hasta entonces el corazón de la villa turística ha estado tomado por los goles, los penaltis y los árbitros que hasta allí llevó la Federación Galega de Fútbol.

Aunque para ello tuvieran que crear toda una sección de la selección de fútbol paya, la juvenil, que además debutó con dos victorias que la llevaron hasta semifinales, donde fueron derrocadas -y, por tanto, eliminadas- por Melilla. Precisamente fue a este equipo al que los murcianos tuvieron que ganar para alzarse ayer en campeones de España. Decían que lo llevaban casi como algo personal. Tanto como las experiencias y alegrías que les ha dado Silgar.

«Antes de venir prometí que, si ganábamos, traería a mi familia a Sanxenxo de veraneo. Este año ya no, porque es un poco tarde, pero para el que viene seguro», anunciaba sin borrarse la sonrisa Vidal. Jerez aprovecha la ocasión para añadir que, además de la organización, que calificó de exquisita, para ellos «ya era un premio solo poder dormir sin aire acondicionado». Y eso que han pillado una ola de calor como pocas registran los veranos de las Rías Baixas. Pero el aire fresco no siempre es cuestión de temperatura.