Cuando Sanxenxo perdió Ons

Marcos Gago Otero
marcos gago SANXENXO / LA VOZ

SANXENXO

José Manuel Abel, con la isla de Ons al fondo, enclave que este historiador recuerda que estuvo ligada durante siglos a Sanxenxo.
José Manuel Abel, con la isla de Ons al fondo, enclave que este historiador recuerda que estuvo ligada durante siglos a Sanxenxo. capotillo< / span>

La isla fue empeñada y alquilada por el Arzobispado para pagar obras en la catedral de Santiago, según la hipótesis del investigador José Manuel Abel

21 jun 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Ons, joya del Parque Nacional Islas Atlánticas, perteneció durante siglos a la jurisdicción de A Lanzada, antigua división administrativa de la que Sanxenxo era capital. En la Edad Media, los concellos no existían, pero la vinculación de Ons con la comarca de O Salnés se cita en múltiples documentos. Sin embargo, en la actualidad, pertenece a Bueu y sus cambios de dueño tuvieron mucho que ver con este hecho.

Habitada en la época de los castros y en épocas intermitentes en la Edad Media, invasiones, guerras y escasas noticias hacen difícil seguir el rastro del devenir de este enclave insular, que aparece citado con el nombre de «Aones» en un documento del año 899, cuando el rey Alfonso III se lo regala al Arzobispado.

En el Archivo Histórico Nacional se conserva mucha documentación, sobre todo de naturaleza judicial y administrativa, en torno a la isla. Estamos ya en el siglo XVI y Ons está a punto de pasar del control directo de la mitra compostelana al señorío de una familia noble, con sede en Redondela: los Montenegro.

El historiador local sanxenxino e investigador José Manuel Abel entiende que el cambio de manos vino dado por la necesidad de solvencia económica del arzobispo. Abel recuerda que a principios del siglo XVI, estaba en marcha un gran programa constructivo en Santiago. En esta época se está levantando la esquina que cierra el edificio de la catedral en la plaza del Obradoiro en el frente que da al actual Rectorado. Es una obra costosa. «La catedral nunca tuvo superávit», matiza Abel, que señala que los arzobispos se las tienen que ingeniar para conseguir liquidez para seguir pagando las obras. Una solución la encuentran en acudir al sistema de préstamo, hipotecas y arriendos.

Para Abel, esta necesidad de dinero es la única explicación del cambio de manos de Ons. En 1520, un vecino de Noia, Pedro Carnero, rico banquero casado con María de Montenegro, acepta la herencia de su suegro, que incluye la cuarta parte de la isla. El resto es para sus parientes Antonio y Luis Sarmiento de Montenegro.

Abel no tiene dudas de que el banquero y luego en solitario los Montenegro se hacen con la isla por la necesidad monetaria de los prelados. En 1562, se produce la firma de un «censo» entre el arzobispo y los nobles. «Un censo es un préstamo hipotecario», señala el investigador sanxenxino, que cree que se convirtió después en un arriendo u alquiler perpetuo. «Un arreglo que satisfacía a las dos partes», señala.

Por su parte, en el 2008, el historiador José Manuel Pereira, apelando a un documento de 1562, que describió como un foro, argumentó que a mediados del siglo XVI hubo un alquiler a los Montenegro por parte del arzobispo, no del cabildo de la catedral, como se había supuesto erróneamente hasta ese momento.

Sea como fuere, el dinero cambió de manos, los prelados lograron una nueva fuente de ingresos y los Montenegro su isla.

Esta desvinculación del control directo del arzobispo a favor de gente que no vivía en O Salnés es, en opinión de Abel, la clave para que fuese desgajada de Sanxenxo. Sus siguientes dueños ya con plenos poderes de propiedad, los Valladares, herederos de los Montenegro, tampoco vivían allí.

Aún así, en la creación de los primeros ayuntamientos, en el siglo XIX, la isla estuvo unos años ligada a Sanxenxo de 1837 a 1844, en lo que parecía el regreso a su territorio histórico. Fue un espejismo. Los buenenses, que la habían colonizado, protestaron. La intervención del nuevo dueño con relación con O Morrazo, el marqués de Valladares, forzó que se uniese definitivamente a Bueu, a quien pertenece hoy en día.

899

Isla de Aones

Primera mención documental en una donación del Rey

1562

«Censo»

El arzobispo Gaspar de Zúñiga pacta con los Montenegro

1752

Catastro

La isla está ubicada en el «mar de la Lanzada»

Acciones legales contra varias personas por cazar conejos sin autorización

Los señores de la isla de Ons actuaron durante siglos con dureza contra el furtivismo, preservando celosamente sus derechos. En la documentación que figura en el Archivo Histórico Nacional se guardan algunos de aquellos pleitos entablados contra particulares. Entre otros casos, se puede citar una requisitoria, del año 1584, del juez de Ons a su homólogo de Cangas para que encarcele a un vecino de la villa morracense a quien se acusa de cazar conejos en la isla sin permiso.

No es el único caso. En 1605 se denuncia a Antonio Díaz, «ermitaño de la ermita de San Fins», en Pontevedra, por presuntamente llevar a pastar ilegalmente ganado vacuno y equino en Ons.

En parte del siglo XVI, la isla está poblada y sus vecinos no siempre se llevaban bien entre sí. Tres isleños son acusados en 1587 por una supuesta agresión física a Jorge Millara, párroco del enclave insular.

Enclave en «el mar de la Lanzada» del que se extraían dos mil carros de toxo al año

Hace más de trescientos años, la isla de Ons se hallaba en el «mar de la Lanzada» y se consideraba parte de la jurisdicción del mismo nombre y cuya capital estaba en Sanxenxo, según figura en la documentación del catastro de Ensenada (1752), conservada en el archivo parroquial de San Ginés de Padriñán. En este escrito, se recalca que, «según tradición generalmente recibida» de padres a hijos, la isla estuvo poblada y hasta llegó a tener una iglesia. En el siglo XVIII se encontraba deshabitada, pero todavía se explotaba económicamente. Por ejemplo, hay mención expresa a «ganados mulares y cerriles», aunque también se dice que se abandonó la práctica de llevar ganados «lanares y vacunos» por el riesgo de robos por marinos de los barcos enemigos de España que recalaban en la isla para abastecerse de agua.

Asimismo, se explica que Ons produce toxo en abundancia, que recogen tanto los vecinos de O Salnés como los de la comarca de O Morrazo. La estimación del tráfico de toxo se situaba en torno a los dos mil carros al año. En el catastro también aparece Onza como un lugar «quebrado y peñascoso», de escaso valor económico.