Concha, primera alcaldesa de España, y sin derecho a voto

La Voz

PORTAS

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La primera edición de la Festa da Dona llenará Portas este fin de semana de actividades para todos los públicos

26 may 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

«Era doña Concepción de constitución recia, tirando a baja estatura, de carácter serio, mirada penetrante y dulce como para obtener el respeto y el cariño de cuantos le rodeaban, trabajadora y honrada en cuanto al cumplimiento de su labor docente, no regateaba en esfuerzos para mantener el número de cincuenta alumnos por aula, la fotografía con alguna de sus alumnas en su plena juventud lo confirman». Su nieta Concha no recuerda nada de la primera alcaldesa de España, Concepción Pérez Iglesias. Ella nació en agosto de 1939, y la madre de su padre fallecía apenas seis meses después.

Entre los siete nietos se repartieron las anécdotas y las lecciones que su padre atesoraba en un baúl que no les permitía tocar ya desde que eran pequeños. En su interior un reloj, un bolso, algunas cartas, collares y dos alianzas constituían los pequeños tesoros que quedaban de quien este fin de semana se convertirá en la protagonista indiscutible de Portas. La Festa da Dona, que este año celebra su primera edición, pretender poner de relieve la labor realizada durante décadas por decenas de mujeres en el municipio.

La de Concha Pérez resulta difícil de medir. Natural de Santiago, la joven maestra, nacida en 1881, es destinada al colegio nacional de niñas del concello pontevedrés, donde poco después se casa y tiene a su único hijo. Tras enviudar y dedicarse en cuerpo y alma a la enseñanza y a los más necesitados, los responsables municipales le proponen que acepte el cargo de concejala. Lo hace, y durante el propio pleno de constitución de la Corporación ocurre algo singular: «Se da lectura a continuación de un oficio de renuncia del cargo de concejal que presenta D. Amando Diz, y el pleno acuerda admitir la indicada renuncia. El señor alcalde manifiesta a continuación que él no puede desempeñar el cargo, y que por lo tanto hace dimisión ante dicho Pleno , acordándose también admitir dicha renuncia después de hacer constar un voto de gracias por sus gestiones».

Concha Méndez Domínguez está convencida de que lo que movió a su abuela a entrar en política no fueron sus convicciones ideológicas, sino su preocupación por ayudar a quien más lo necesitaba. Aún así, dirigió el ayuntamiento durante cinco años, que ahora sus vecinos quieren devolverle.