El Zamora baila al ritmo granate en una tarde de fiesta en Pasarón (4-1)

nieves d. amil PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA CIUDAD

Ramón Leiro

Tras un inicio titubeante, el Pontevedra tomó el control del partido y perdonó muchas ocasiones

01 nov 2025 . Actualizado a las 18:05 h.

Era el partido perfecto para poder abrir ya la primera brecha en la zona media de la tabla y mirar hacia arriba. Pero los dos equipos llegaban con el mismo pensamiento a un Pasarón que no defraudó, pese a estrenar un horario tan complicado como el de las dos de la tarde. El Zamora marcó el ritmo en el arranque, pero el Pontevedra supo encender la fiesta cuando hacía falta. Fue testigo los primeros minutos y protagonista, el resto del partido. Los castellanos arrancaron dominando la posesión y teniendo el control de un partido en el que escasearon las ocasiones hasta los últimos minutos, cuando el tanto granate tuvo respuesta inmediata del rival. Rubén Domínguez partió con Selma en punta apoyado detrás por Tiago, Brais Abelenda y Luisao y dejando por primera vez en el banquillo a Alain Ribeiro. Yelko y Vidorreta controlaban la medular para cerrar en la zaga con Garay, Montoro, Miki Bosch y Miguel Cuesta, que volvía a ser titular.

Ni de un lado ni de otro. Los goles no llegaban, pero tampoco las aproximaciones pese a la velocidad y la presión de los de Juan Sabas sobre un Pontevedra que iba a una velocidad menos en esos primeros minutos. La tensión entre ambos empezaba a notarse con acciones que obligaron a pedir la revisión para que Yelko Pino se llevase una amarilla y saque de falta por el codazo a Clavería. Fue una especie de punto de inflexión en el partido. Apenas unos minutos después, el mediocentro vigués se sacudió el cabreo con un gol que adelantaba el Pontevedra. La pedía Miguel Cuesta en la frontal del área, pero Tiago la condujo para cedérsela a Yelko, que al primer toque batió a Fermín.

El gol cambió el ritmo del partido y el Pontevedra cogió las riendas definitivamente para lucirse. Una roja sobre Luismi por derribar a Selma dejó al Zamora con diez y allanó el camino de los granates. Siete minutos de añadido por el tiempo perdido en las dos revisiones previas valieron para que el Zamora anotase el empate en los pies de Farrel. Pegó en el larguero y entró. Marqueta no pudo hacer nada. El gol llegó cuando más enchufados estaban en el partido, pero no frenó la mordida local.

Fiesta de goles

Tras el descanso, el Pontevedra salió aún más incisivo. Ahora le tocaba al Zamora bailar al ritmo granate. Y vaya si bailó. Rubén Domínguez reforzó el ataque con Resende por Miki Bosch. Selma, que este sábado asumió el ataque con eficiencia, recibió un balón de Garay que rozó con la cabeza para volver a adelantar a los granates. Pero este Pontevedra quería más. Alain Ribeiro y Álex González supusieron un plus de calidad más en el césped y la banda derecha ganó protagonismo. No llevaba ni dos minutos en el campo el ex del Numancia, cuando un saque de esquina rozó a un defensor del Zamora y el balón llegó a los pies de Alain, colocado en el segundo palo, para hacer el 3-1. La posesión, los goles y el control del partido era granate. No había más colores sobre el verde de Pasarón.

Álex puso velocidad a la fiesta y obligó a estirarse hasta el cielo a Fermín para detener un cañonazo. Se volvería a repetir en la combinación perfecta que forma con Brais Abelenda, muy protagonista en todas las acciones de ataque. También estuvo en el gol anulado a Resende, que pese a la revisión del cuarto árbitro y del propio colegiado, no se materializó por un supuesto fuera de juego.

Pero al Pontevedra le faltaba coronar la fiesta y la dupla Brais-Álex se subió al escenario para cerrar la tarde. Recortó el cántabro para ceder en última instancia a Brais, que anotó la sentencia que les permite volver a mirar hacia arriba. Son 15 puntos de los 30 que hubo en juego hasta ahora. Una vez más, los que partieron del banquillo supieron marcar la diferencia en un encuentro que tuvo dos caras.