El IES Valle Inclán muestra al público su renovada imagen modernista
PONTEVEDRA CIUDAD

Nuevos patios interiores, vidrieras restauradas y material internacional en los laboratorios del centro son algunas de las apuestas tras la restauración
03 jul 2025 . Actualizado a las 15:31 h.En 1927 el IES Valle Inclán abrió sus puertas como centro educativo en la ciudad de Pontevedra. Situado en Montero Ríos, el edificio modernista construido por dos arquitectos madrileños fue uno de los elegidos para conformar una avenida con edificios emblemáticos en la ciudad.
Con motivo de su rehabilitación el centro educativo organiza visitas encabezadas por el director, Daniel Mejuto, y la secretaria, Nieves Yáñez, que comenzaron ayer y que seguirán todos los martes y jueves del mes de julio.
El emblemático edificio que lleva el nombre de su antiguo alumno y reconocido literato, Valle Inclán, buscó mantener y recuperar la esencia modernista que albergaba la construcción con una reforma de 4,7 millones de euros.
El principal objetivo fue aumentar la iluminación de las estancias, así como dar vida a nuevos espacios.
El patio central es una de las zonas más representativas y que ha sufrido mayor remodelación para adaptarse a las necesidades de la asignatura de Educación Física, sin descartar una posible variedad de usos.
El patio está rodeado por cuatro plantas que recogen todas las aulas del centro. Clases con techos altos, más de trescientos ventanales de veinte formas distintas decoradas con madera maciza como elemento primordial, para mantener así la esencia que se le dio en un inicio a la construcción.
«É un centro educativo, pero ten alto valor de patrimonio», declara el director. Y es que, como medida de preservación y recuperación, los pasillos han sido decorados con antiguos muebles que pasarán a ser elementos de antigüedad del centro.
Como pieza fundamental se encuentra la vidriera que da vida a la escalinata principal y que este año celebra su centenario tras una restauración que fue a cargo del centro de más de diez mil euros.
El paraninfo, otra de las zonas destacables del edificio, cuenta también con una vidriera restaurada, con diferentes refuerzos y la aparición de un mural oculto de los años 50 en la zona trasera de la sala, que en palabras del director «representa unha escea marítima con carabelas e cormoráns» y que todavía está en manos de la escuela de restauración hasta su exhibición total.
Además, el paraninfo cuenta con una gran vidriera que se puede observar desde la fachada del edificio como elemento identitario por parte de los ciudadanos.
Las catacumbas
«Os alumnos encántalles chamalas as catacumbas», confiesa Daniel Mejuto, y es que esta zona perimetral que rodea el edificio sirvió como refugio en la Guerra Civil y actualmente una parte está enfocada a acoger el gimnasio y los vestuarios.
Los sótanos fueron restaurados porque hasta entonces se caracterizaban por la humedad y la tierra.
Pasando de la parte inferior a la superior, la cuarta planta recoge las aulas de bachillerato y uno de los laboratorios que está dotado con material internacional.
La zona noble, el torreón y los tejados son unas de las zonas más sorprendentes por sus impactantes vistas a la ría y a la ciudad.
El Museo de Pontevedra y la Diputación cedieron parte del espacio de las ruinas de Santo Domingo para añadir una nueva zona de patio interior que podrá disfrutar el alumnado y que buscará ser un espacio lúdico que hasta ahora no se encontraba a la vista.