Broche especial en el Carlos Oroza para el proyecto que transformó el concepto de comida preparada en una máquina expendedora

Cristina Barral Diéguez
Cristina Barral PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA CIUDAD

El profesor Paco Moreno, con uno de los platos saludables que salen de la máquina expendedora del CIFP Carlos Oroza de Pontevedra, el pasado diciembre
El profesor Paco Moreno, con uno de los platos saludables que salen de la máquina expendedora del CIFP Carlos Oroza de Pontevedra, el pasado diciembre ADRIÁN BAÚLDE

La iniciativa de innovación educativa Comida saludable a todas horas se despide el 15 de mayo con una jornada que reunirá a escuelas de hostelería de Gamarra, Leioa, Gijón y Palma de Mallorca

09 may 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

El centro integrado de formación profesional (CIFP) Carlos Oroza de Pontevedra lleva desde el pasado diciembre sirviendo platos saludables para profesores y alumnos, como pulpo en caldeirada o lacón con grelos, que salen de una máquina expendedora que hay en sus instalaciones. Es el proyecto de innovación educativa Comida saludable a todas horas, que se inició mucho antes y que llega a su fin con un broche especial. Avanzan desde el equipo directivo del Oroza que ese cierre tendrá lugar el próximo 15 de mayo. Será con una jornada en la que participarán las escuelas de hostelería de Gamarra, Leioa, Gijón y Palma de Mallorca. Son centros colaboradores con el Carlos Oroza dentro de la red de excelencia del Ministerio de Educación y ese día presentarán elaboraciones representativas de sus territorios, adaptadas al formato vending.

La vicedirectora del centro ubicado en Montecelo, en la parroquia de Mourente, Pilar Tallón, explica que el proyecto Comida saludable a todas horas exploró durante el último año y medio las posibilidades reales de transformar el concepto de comida preparada en máquina expendedora. ¿Cómo lo hizo? Apostando por productos de proximidad, elaboraciones tradicionales, envases compostables y una presentación cuidada, sin renunciar a la calidad, la sostenibilidad ni a la formación profesional del alumnado. Durante la jornada se podrá conocer de primera mano el desarrollo del proyecto y su impacto educativo; visitar las cocinas mientras alumnado y profesorado preparan y envasan los platos; asistir a la presentación  oficial proyecto por parte del equipo docente y estudiantes; y degustar una comida completa extraída directamente de la máquina expendedora. «Unha oferta que agardamos vos sorprenda polo seu sabor e a súa calidade, lista para comer ou para levar», apunta la vicedirectora.

El profesor Paco Moreno, coordinador del proyecto y jefe de departamento de Hostelería y Turismo en el Carlos Oroza, comentaba hace unos meses que las posibilidades de las máquinas expendedoras eran muchas, pero que no había que perder de vista que se trataba de una actividad formativa de alumnos de tercero del ciclo superior de Cocina de doble titulación dual. Desde el centro educativo querían desterrar la realidad de que las máquinas de vending solo ofrecen productos con mucho azúcar e hidratos. De ahí, que quisieran apostar por ofrecer algo saludable. La máquina del Oroza tiene una capacidad de hasta 88 platos o raciones de entre 300 y 350 gramos. Cada semana la comunidad educativa pudo escoger entre ocho y diez variedades de platos y postres.

¿Qué se puede comer? Bastan unos ejemplos: costilla de porco celta a baja temperatura tipo tex-mex y con un acabado con toque picante; estofado de ternera gallega; merluza marinera; arroz con choco; pulpo en caldeirada con rustido de cebolla; lacón con grelos o fideos con mejillones. El precio medio de la ración está en 5 euros, aunque hay propuestas más caras y más económicas. La comida tiene una caducidad de cinco días. Insistían desde el centro educativo en que el objetivo no es ganar dinero, sino cubrir los costes de los gastos de producción. Lo que han demostrado en el Oroza es que es posible ofrecer comida saludable de la denominada quinta gama, es decir, productos elaborados para regenerar y consumir porque salen calientes o fríos según la opción que se elija. La comida perfecta, decía Paco Moreno, para las máquinas de los hospitales.