Iria Ares y Xoán Carlos Mejuto: «Los políticos son muy malos actores»

Alfredo López Penide
López Penide PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA CIUDAD

Gabriel Brau

Ambos intérpretes recalan este sábado en Afundación en la gira gallega de la obra «Escándalo en palacio»

02 may 2025 . Actualizado a las 12:21 h.

Xoán Carlos Mejuto e Iria Ares, esta última en su doble faceta de actriz y directora, vuelven a pisar esta tarde los escenarios de Pontevedra, en concreto, el del auditorio de Afundación (20.30 h.) con la segunda temporada de Escándalo en palacio. «Como el año pasado fue tan bien, hemos decidido volver a todas las ciudades gallegas y Pontevedra no podía faltar, claro está», remarca la coruñesa en relación a una pieza teatral escrita hace más de una década por Pedro Ruiz y cuyas entradas se pueden adquirir a través de Ataquilla.com.

—¿Están notando que la gente que la vio, repite?

—(Xoán Carlos Mejuto) Hay parte del público que sabemos que vino el año pasado y que recomienda o que viene con nueva gente porque, francamente, creo que la gente se divierte mucho. En A Coruña pasamos de 1.200 a 1.500 espectadores, pero es que en Vigo doblamos. El año pasado estuvimos en torno a los cuatrocientos y este año llegamos a cerca de los setecientos. O sea que sí, este segundo año estamos teniendo más público que en el 204.

—¿Y a qué creen que es debido? ¿Al boca a boca?

—(X. C. M.) Entiendo que en gran medida al boca a boca, pero también a la promoción que hacemos, que está, quizás, un poco mejor este año y a que está un poquito más de actualidad todo lo que ocurre en la obra. Es el escándalo de una pareja presidencial y este año hay cosas en la actualidad que parecen sonarnos en relación a esta obra.

—Hablan de la actualidad, ¿se producen cosas que hasta a ustedes les sorprenden?

—(Iria Ares) Sí, claro. Un caso clarísimo es que cuando nosotros estrenamos Escándalo en Palacio, que fue en el 2023, no existía el caso Begoña y ahora nos coge en plena actualidad. Pero es que no es solo eso, no existía tampoco el caso Rejón o el caso de Ayuso. O sea, los tenemos de todos los colores, de todos los partidos políticos. Antes en la política española, quizás, las parejas de los políticos estaban un poco más, digamos, en la sombra y ahora cada mes parece que pasa algo.

—(X. C. M.) La obra arranca con un escándalo sexual de la pareja presidencial y el primer año nos preguntaban mucho porque un escándalo sexual en la política española no se había dado. Ahora ya no preguntan eso.

—De hecho, creo recordar que yo fui uno de esos periodistas.

—(I. A.) Entonces te das cuenta lo que ha cambiado en un año. Pero es que son estos tres casos y muchos más porque podríamos estar hablando...

—(X. C. M.) Sí, bueno, cosas que ocurren en paradores de turismo, por ejemplo...

—Con respecto a la primera temporada, ¿han introducido algún tipo de cambio?

—(I. A.) Estructuralmente es la misma obra. Es decir, acaba de la misma manera y empieza de la misma manera, pero sí que es verdad que por el medio vamos introduciendo cambios con muchísimas cosas de la actualidad. Al final, todos vivimos en el mundo y todos tenemos referencias comunes que se van actualizando. Y la política, hoy en día, es arrolladora en cuanto a titulares. Prácticamente cada minuto por Twitter hay un titular. Estamos muy pendientes de la actualidad y, aunque no somos esclavos de ella, sí que hacemos referencias para que el público que repite y el que viene nuevo vaya entrando más en la historia y en los personajes.

—(X. C. M.) Este tipo de comedia da mucha libertad en ese sentido.

—¿Y no tienen miedo de que los políticos acaben sustituyendo a los actores en el teatro?

—(I. A.) Bueno, lo intentan, lo que pasa es que son muy malos actores. De momento, estamos tranquilos porque cuando mienten, no siendo que seas muy fanático de alguno de ellos, te das cuenta. Da igual el color que sea.