Esfuerzo titánico en los hospitales de Pontevedra para recuperar esterilización y poder operar

Cristina Barral Diéguez
cristina barral PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA CIUDAD

El Hospital Montecelo, en Pontevedra, este martes
El Hospital Montecelo, en Pontevedra, este martes ADRIÁN BAÚLDE

Menos lavandería, este martes funcionaban todos los servicios. Varios pacientes de terapias respiratorias durmieron en urgencias de Montecelo

30 abr 2025 . Actualizado a las 12:19 h.

En el Complexo Hospitalario Universitario de Pontevedra (CHOP) se mantuvieron dos reuniones urgentes del comité de seguridad y salud para explicar incidencias y medidas adoptadas. Una el lunes, a primera hora de la tarde, y otra este martes, a las 9.00 horas. Según fuentes sanitarias, el lunes tras el apagón se activó el Platerga. El grupo electrógeno tiene capacidad para garantizar el funcionamiento durante seis horas y se contrató combustible de repuesto. No funcionaban, en esos momentos, ni los servicios de esterilización, resonancia ni radiología, y había solo un TAC operativo.

Una de las decisiones que adoptó la dirección del área sanitaria fue la suspensión de la autoconcertación en quirófano, es decir, las peonadas u operaciones de tarde, limitándose la actividad quirúrgica «a la de un día festivo o un domingo».

Respecto a los puntos de atención continuada (PAC), donde se atienden las urgencias extrahospitalarias, cuatro de ellos pudieron funcionar con grupo electrógeno propio. Pasó en A Parda, en Pontevedra, Baltar-Sanxenxo o Marín. En el caso de Caldas de Reis se consiguió gracias a Emerxencias de Cuntis.

En cuanto a la medicación, se garantizaron fármacos a pacientes crónicos a través de la farmacia hospitalaria y se contactó con Esteve Teijin, adjudicataria de las terapias respiratorias, para que vigilara la atención domiciliaria, en especial, para pacientes de ELA que necesitan respirador.

El gerente del área sanitaria, José Flores, estuvo toda la noche en el hospital con parte de su equipo directivo. Fuentes sanitarias destacaron especialmente el esfuerzo de los servicios de cocina y de mantenimiento, al tiempo que se reforzó urgencias.

Gracias a esa dedicación de mantenimiento, durante la noche se pudo recuperar el servicio de esterilización, uno de los que más problemas tenía, para poder contar con el material necesario para poder operar lo programado este martes. La única duda, aquellos pacientes a los que no se pudo avisar.

Como ejemplo del esfuerzo, en cocina se llegaron a lavar platos a mano para tener material disponible para los desayunos. Otra medida que adoptó la dirección fue que las guardias localizadas pasaran a ser presenciales. Para evitar problemas con los aparatos de oxígeno domiciliario, se ofreció a algunos pacientes la opción de quedarse a dormir en el hospital, donde se habilitaron varios espacios en la sala polivalente, la CMA o urgencias. Fueron una decena.

Depósitos de agua

El relato de incidencias recogía que esta mañana de martes todos los centros de salud del distrito de Pontevedra habían recuperado el suministro. El último en hacerlo fue del de Raxó, en Poio, y en el caso de los PAC todos tenían luz, a excepción del de Cerdedo, que trabajó igual aunque sin suministro.

La Brilat contribuyó a rellenar los depósitos de agua de los dos hospitales públicos de Pontevedra. Y respecto al transporte sanitario, un representante de la empresa concesionaria de las ambulancias se desplazó y garantizó que los coches funcionaban igual «aunque con registro en papel». Se mantuvo el servicio y se movilizó una ambulancia en la puerta de cada hospital.

Lo último en recuperarse fue el sistema informático y no se pudo reponer el servicio de lavandería, si bien siempre hay un remanente de ropa: «La consigna fue no cambiar aquellas sábanas que no son imprescindibles». El gerente agradeció en la reunión todo el esfuerzo realizado y cómo se volcó todo el personal.

Los centros de salud volvieron al papel y en los hospitales se hicieron 58 intervenciones 

El apagón del lunes también condicionó la actividad en los centros de salud del área de Pontevedra y O Salnés. Los ambulatorios operaron con normalidad hasta las doce y media de la mañana, cuando se quedaron sin luz. A partir de ahí volvieron al sistema tradicional de papel y siguieron atendiendo pacientes hasta las tres de la tarde. Una enfermera del centro de salud de Lérez comentaba este martes que no se pudo trabajar con la historia clínica, pero ayuda conocer a muchos de los usuarios. Esa es, de hecho, una de las fortalezas de la atención primaria, que es el primer eslabón de la sanidad pública.

En la mayoría de los ambulatorios se atendió a todos los pacientes que estaban esperando, a pesar de que no se pudieron emitir recetas electrónicas, pero sí en papel. «La gente fue bastante comprensiva porque entendía la situación, estaban descolocados tanto pacientes como sanitarios», señaló Marta Vázquez, a quien el apagón la pilló en un curso en el Hospital Montecelo. Esta enfermera pediátrica puso como ejemplo que este martes atendió a una bebé de cuatro meses, sin datos previos, porque ya la conocía. No fue igual con una niña de 3 años que era la primera vez que veía y en ese caso se tuvo que fiar de sus progenitores. En algún momento la situación recordó a la pandemia del covid en lo relativo a la percepción que había de falta de información.

Este martes los ambulatorios se enfrentaron a problemas con el sistema informático. La suspensión de las actividades lectivas hizo que algunas trabajadoras tuvieran que llevarse a sus hijos a los centros de salud para no hacer «abandono de menor» al no poder conciliar de otra manera.

Datos del área sanitaria

La Xunta ofreció ayer por la tarde algunos datos de la actividad en centros sanitarios por áreas. En el caso de Pontevedra y O Salnés, en atención hospitalaria se realizaron el lunes 58 intervenciones quirúrgicas, mientras que otras 14 operaciones programadas de carácter no urgente se suspendieron.

Desde la Administración autonómica expusieron que la actividad hospitalaria estaba normalizada y que, a esa hora de la tarde, no había ningún centro de salud sin suministración eléctrica, manteniéndose en ambos casos la actividad programada.